A más de uno sorprendió la cabina de desinfección automatizada que la tarde de ayer miércoles 10 de junio se instaló en uno de los ingresos del barrio de la tolerancia, conocido como la 18, que permanece cerrado por la emergencia sanitaria por el COVID-19.

El dispositivo se colocó durante el tiempo en que personal del Municipio de Guayaquil entregó kits de alimentos a las sexoservidoras.

El amonio cuartenario que arrojó el túnel ‘bañó’ a las trabajadoras sexuales y clientes que entraron a las instalaciones para curiosear las mejoras que se han efectuado en los bares y cuartos para el servicio sexual a los clientes.

Luego de cruzar la cabina, los interesados debieron cumplir con otros protocolos de bioseguridad, como el uso de alcohol y la toma de temperatura.

La recreación es una iniciativa de la Asociación de Propietarios y Arrendatarios del Barrio Salinas, con la esperanza de que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal y el Municipio apruebe la reapertura del mayo prostíbulo de la ciudad.

Aunque no se refirió a la inversión para los protocolos de bioseguridad, Brenda Rentería, presidenta de la organización, espera pronto una repuesta positiva, para evitar que las chicas concurran a las calles, como la 17, para ofrecer sus servicios sexuales.