Ahora lo llaman el Callejón de la Muerte. Las personas caminan con algo de temor y comentan sobre la lluvia de balas que cayó en ese barrio conocido como Amazonas, en Puerto Bolívar, del cantón Machala, provincia de El Oro.

Es que en las calles Octava Norte y Segunda Este, alias Morado sembró el terror y asesinó a su víctima a sangre fría.

El reloj marcaba las 16:30 del miércoles 30 de junio y a pocas cuadras un grupo de niños jugaba fútbol, vendedores informales ofrecían morocho y como de costumbre los residentes estaban reunidos en sus portales jugando cartas o conversando hasta que cundió el pánico: a un hombre lo seguían para darle bala y liquidarlo.

A bordo de una bicicleta llegó alias Morado y atemorizó a Luis Alfredo Cruzatty Lucas, de 26 años, diciéndole: “Si ves... mira como pagas”. Enseguida sacó un arma de fuego y le disparó. La misión era ‘quebrarlo’, por ello, el verdugo siguió a su víctima, quien intentó salvar su vida, corrió varios metros evadiendo algunos disparos, vio una puerta abierta e ingresó a una vivienda.

Una mujer que había escuchado la ráfaga de tiros salió de su habitación para proteger a sus hijos que se encontraban jugando en la sala. Apenas se ocultó debajo de un mueble observó cómo el joven moribundo cayó tendido al piso exclamando auxilio. Detrás de él ingresó el sicario, quien logró rematarlo para enseguida huir entre los callejones.

Las autoridades barajan la hipótesis de un presunto ajuste de cuentas. Se informó que Cruzatty había citado a otro amigo por ese sector para encontrar una solución que les permita pagar una multa por la supuesta retención de una panga (embarcación). Llevaban varios minutos dialogando cuando llegó la muerte en bicicleta y le dio ‘vire’.