En la morgue de Quevedo, dos padres lloraban la muerte de Gian Carlos Arévalo Haro. El uno era su padre biológico y el otro de crianza.

Ninguno de los dos quiso identificarse porque argumentaron que son comerciantes y no querían ningún tipo de represalias.

El padre de crianza exteriorizó que el dolor que sentía era como si le arrancaran algo de adentro, pues lo quería como a su propio hijo porque lo tuvo a su lado desde los tres años.

Sobre su muerte manifestó que todo sería una equivocación, ya que su vástago estaba jugando un partido de índor cuando llegaron varios sujetos a tirar bala.

El asesinato ocurrió la noche del viernes 26 de noviembre, a eso de las 23:00, en la calle Novena y la D, de la parroquia Siete de Octubre del cantón Quevedo, en la provincia de Los Ríos.

En el momento de la balacera, varios de los que estaban en la esquina del barrio salieron como ‘alma que lleva el diablo’; sin embargo, los tiros también alcanzaron a Jordan Felipe León Pilozo, de 19 años.

Tras el ataque, ambos quedaron tirados en el suelo. Los moradores auxiliaron a Gian Carlos embarcándolo en una camioneta para llevarlo al hospital de Quevedo, donde los médicos solo comprobaron su deceso. León también fue trasladado al mismo sitio y quedó ingresado bajo pronóstico reservado.

Según el reporte policial, tres sujetos habrían planificado la emboscada. Todos los que estaban jugando empezaron a correr. Arévalo quiso refugiarse en una casa, pero dos de los atacantes lo cogieron de frente sin darle lugar a que se salve. Una vez que cayó al suelo lo remataron con una ráfaga de disparos en la cabeza y tórax.

Su progenitor de crianza indicó que lastimosamente su hijo estuvo en el lugar equivocado, pues cree que las balas no eran para él.

El padre biológico, conocido popularmente como el Diablo, informó a través de un video en redes que mataron a su hijo Gian Carlos. “Gracias a todas las personas que están conmigo en estos momentos”, expone en la grabación.