La vía que une los valles de Tumbaco y Los Chillos, en el oriente de Quito, ha permanecido cerrada desde el jueves. Los comuneros no piensan moverse de allí.

Los vecinos de Tumbaco, Guangopolo y La Merced exigen que se derogue la resolución en la que el Municipio autorizara a la cooperativa Termas Turis a subir la tarifa del pasaje de 35 a 50 centavos en la línea La Marín - El Nacional.

“Nunca socializaron con nosotros. Solo empezaron a cobrar más desde el 24 de septiembre”, comentó Nancy Simba, presidenta de la comuna La Toglla.

Por ello decidieron cerrar el paso en dos puntos: en la Y de Guangopolo y en la zona de La Toglla. Ahí se colocaron llantas, ramas de árboles y carteles con sus pedidos.

Sin embargo, el 23 de septiembre el cabildo ya había emitido un comunicado en el que informaba sobre dicha autorización, después de verificar la calidad del servicio.

Allí, el exsecretario de Movilidad, Guillermo Abad, explicaba que se realizó una visita a las instalaciones de la operadora para constatar que lo que se encuentra en los informes coincida con la realidad.

Para los usuarios lo que viven es otra cosa. Comentan que el trato no es el mejor y que las unidades no están en las buenas condiciones. “Quieren hacer un fondo para ir modernizando los buses. Pagaremos en cuanto estén listas”, enfatizó Kevin Legña, presidente de la comuna Sorialoma.

Además, la parada mínima subió de 25 a 35 centavos, tarifa que para los moradores es impagable. “Son por lo menos 500 personas que salen a trabajar y estudiar todos los días. No alcanza”, agregó Nancy Simba.

La cooperativa publicó en su cuenta de Facebook que tuvo un acercamiento con la comunidad para informar sobre la Ordenanza 017 que avala el alza de la tarifa.

Pero la indignación es tal, que los comuneros también exigen que esa operadora ya no brinde servicio en la zona. “Otras veces ya han subido el pasaje arbitrariamente. Han sido abusivos”, reclamó Legña.

La medida de hecho continuará, según los manifestantes, hasta que el nuevo secretario de Movilidad, Marcelo Narváez, se acerque a dialogar con ellos. Mientras tanto, advierten que: “No nos mueven y no nos moverán”.