Hermanos en Cristo de una iglesia evangélica dieron palabras de consuelo y resignación a la familia de Carlos Contreras, quien fue baleado por unos desconocidos que llegaron hasta las calles Pacífico Gordillo e Ignacio Ibarra, del cantón Ventanas, en la provincia de Los Ríos, para asesinarlo.

Los religiosos se hicieron presentes en el velorio y como muestra de afecto al fallecido entonaron cánticos y coros de alabanzas que hacían que el resto de acompañantes se mantengan activos y así puedan olvidar por un momento la tristeza que los enlutaba.

Una de las tías del decesado refería que sentía dolor y tristeza, pero que solo Dios les podía dar las fuerzas necesarias para afrontar la pérdida.

De esta forma los familiares trataban de asimilar la partida de su ser querido, quien al mediodía del martes 16 de febrero se aprestaba a celebrar el último día del feriado de carnaval, sin imaginarse que la ‘huesuda’ lo rondaba muy cerca, pues los sicarios no le dieron tiempo a correr y quedó sin vida en la entrada de su vivienda.

Sobre el acontecimiento sus allegados no se refirieron. Solo indicaron que “Dios se encargaría de hacer justicia”, ya que no es justo que hayan llegado hasta su casa para matarlo.

En la balacera donde falleció Contreras también resultó herida otra persona que fue llevada de urgencia hasta el hospital de Ventanas, donde los médicos lograron estabilizarla.

En el sitio se vivieron escenas de dolor y llanto tras el crimen. A la viuda no le importó que su amado estuviera bañado en sangre y lo tomó entre sus brazos para implorarle que no la deje. Sin embargo, sus ruegos fueron en vano, pues la muerte no lo dejó ni bañarse en la piscina que minutos antes había armado para disfrutar en familia. (DV)