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La Calle 8, un barrio del sur que creció entre las farras y el desorden

El sitio nació hace tres décadas a orillas del estero. La mayoría de los habitantes llegó de Esmeraldas. Varias de sus fiestas han terminado en sangre

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La Calle 8 requiere de obras. Los moradores se quejan por la falta de alcantarillado y piden una mejora en la recolección de la basura.Christian Vásconez / EXTRA

Si en el sector del Cristo del Consuelo llegas y preguntas por la calle Décima, entre la H y la I, puede que los lugareños se hagan 'bolas’ tratando de acordarse. Pero si le mencionas por la Calle 8, sin demora recibirás una repuesta precisa de su ubicación.

“Es la zona de las farras y el relajo. Allá se pasa bacán, pero porsia (por si acaso) vaya con cuidado”, responde Macario León, un comerciante de guineo que recorre con su carretilla ese punto del suburbio de Guayaquil.

La Calle 8 es un barrio que termina en una curva. Lo conforman 40 viviendas, de las cuales 18 están asentadas en un área consolidada y el resto a la espera de la legalización por encontrarse a orillas del estero.

La mayoría es afroecuatoriana

La mayoría de la población está conformada por afrodescendientes que llegaron hace unas tres décadas desde la provincia de Esmeraldas.

“Hace unos 30 años, lo que hoy es la Calle 8 era parte del manglar, en el que se cruzaba solo en puentes de caña”, recuerda Vicente Arce, quien 42 años atrás llegó de Tachina, parroquia del cantón Esmeraldas, para asentarse en las calles Novena y la H.

Su vecino Germán Sánchez, un ambateño que arribó a Guayaquil hace 44 años, comentó que la zona se expandió con el relleno que se efectuó en la alcaldía de Antonio Hanna Musse (finales de los 70).

“Luego vino el asfaltado con la alcaldesa Elsa Bucaram. Pero las mejoras en la Calle 8 fueron durante la gestión de Jaime Nebot”, señala Sánchez.

La zona es conocida por la rumba que se armaba -suspendidas al menos hasta ahora- los fines de semana o feriados.

Un fiestón con consecuencias

El barrio está en la mira por el ‘bailejo’ público que se formó para recibir el nuevo año, pese a que están prohibido los eventos masivos para evitar contagios de COVID-19. También ha sido noticia por hechos de sangre.

Xavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia, explica que el nombre de Calle 8 lo tomó de una salsoteca de la década de los 90 que estaba situada en la Octava y Francisco Segura y que era una alusión a una avenida salsera de Nueva York, Estados Unidos.

Luego que el local cerraba, los rumberos ‘remataban’ en la Décima, entre la H y la I. A la celebración llegaban futbolistas y gente de farándula.

Las fiestas continuas motivaron a que en varias viviendas comiencen a expender bebidas alcohólicas.

“Nuestra gente es tranquila, los ‘dañados’ vienen de afuera que se mezclan con los que en verdad quieren divertirse”, asegura Elías Ayoví, uno de los primeros esmeraldeños que se asentó en la Calle 8.

El criterio lo comparte Víctor Ayoví, quien se gana la vida con la preparación de bollo de albacora. “Somos gente trabajadora y alegre”, dice, mientras prepara 200 porciones de la masa de verde y maní.

Familias 'hasta el cuello' por multas

El Municipio de Guayaquil y la Policía Nacional desplegaron un operativo la mañana de ayer en la Calle 8, sector del Cristo del Consuelo, para la entrega de notificaciones a las 40 viviendas, como sanción por la fiesta callejera por el nuevo año.

Para Narváez, es la única medida de evitar que se desarrollen eventos masivos en esta zona.

Por lo pronto, la sanción para las familias será de siete salarios ($ 2.800), lo que generó la reacción de los habitantes, quienes dicen no contar con esos recursos.

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Los habitantes fueron notificados por el Municipio de Guayaquil.Christian Vásconez / EXTRA