Con un área de un kilómetro de ancho y 500 metros de fondo, el complejo carcelario de Guayaquil, conformado por cinco recintos penitenciarios, es actualmente el sitio que refleja mayor incremento de violencia en Ecuador, según un cuadro estadístico de la Policía Nacional, al que EXTRA ha tenido acceso.

En este lugar se han registrado 174 de los 271 asesinatos de reos en todo el país, entre el 1 de enero y el 7 de octubre de este año. En 2020, durante el mismo tiempo, fueron eliminados 36. Es decir, que existe un incremento del 597 %, ocho veces mayor al de la Zona 8 (Guayaquil, Samborondón y Durán), que descendió al segundo lugar con un aumento del 75,18 %, tras pasar de 274 a 480 crímenes, en el mismo lapso.

El principal motivo de la guerra que existe en estos centros de rehabilitación es la pugna por el poder (ver infografía), entre miembros de la organización narcodelictiva Los Choneros y tres bandas que se separaron de sus filas para pelear de forma independiente, como los Chone Killers, o en alianza: Lobos-Tiguerones.

Estas agrupaciones cuentan con pabellones bajo su mando, en los que planifican sus ataques y ocultan las armas y municiones que utilizan en los enfrentamientos, al igual que hacían cuando estaban bajo el mando ‘chonero’ del difunto Jorge Luis Zambrano González, JL o Rasquiña.

En lo que coinciden aún con su anterior líder, es con un objetivo: ocupar el pabellón 5 de la Penitenciaría del Litoral, que pertenece a Los Choneros. En vida, JL luchó en contra de Los Lagartos hasta someterlos y obtener aquel espacio. Ahora, Tiguerones y Lobos buscan lo mismo.

¿Por qué? Un interno, bajo reserva, sostiene que su ubicación frente a la cárcel de mujeres, cerca de los ingresos, lo hace valioso, porque habría diferentes formas de ingresar objetos sin ser detectados. Además, el lugar contaría con espacios secretos, entre paredes, columnas y otras partes de la estructura para esconder armamento.