La tarde de miércoles 13 de enero, un juez de garantías penales emitió orden de detención en contra de los padres y hermanos de Luis Hermida Núñez, principal sospechoso del asesinato de la joven guayaquileña, Lisbeth Baquerizo Muñoz.

Por lo que la madrugada del mismo día, la Fiscalía y Policía allanaron varios inmuebles de los parientes, del presunto femicida.

"La Constitución en su artículo 77 ampara a mis clientes. Ellos han comparecido personalmente, le hemos manifestado al fiscal que daremos toda nuestra colaboración,", manifestó el defensor.

Espinales también indicó que la última vez que los familiares de Luis Hermida, conocieron de su paradero, él se encontraba en Bogotá, capital del vecino país, Colombia.

"No hemos vuelto a tener comunicación con el señor Hermida Núñez, desconocemos de su paradero y dónde se encuentra en la actualidad. Se ha hecho un linchamiento mediático en su contra y de su familia y por eso ha huido para salvaguardar su integridad", agregó Espinales.

Por su parte, Silvio Enríquez, defensor de la familia Baquerizo Muñoz, indicó que la Fiscalía no ha actuado con celeridad y les dio tiempo para que huyan.

"No sabíamos que tenían boletas de captura, presionamos para que se les formulen cargos por el femicidio y fraude procesal. Las órdenes de detención salieron extemporáneas, lo que si cuestionamos es la lentitud con que se actúa en este caso, se les dio la oportunidad para irse", sostuvo el jurisconsulto.

Lisbeth Baquerizo fue hallado sin vida, el pasado 21 de diciembre, junto a las escaleras de su domicilio en una urbanización de la vía a la costa, en Guayaquil.

Al principio su asesinato trató de hacerse pasar como un accidente, pero la autopsia reveló que fue un crimen y que fue golpeada por un objeto contuso cortante. El informe médico legal además concluyó que las heridas de su cabeza fueron 'tapiñadas' con pegamento.