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Crónica

Conoce la historia de amor detrás del video de recién casados, quienes festejaron con hinchas del Flamengo

EXTRA conversó con los protagonistas de material audiovisual que fue tendencia en Twitter. Ana y Roger querían festejar de manera íntima, pero los fanáticos brasileños les hicieron barra y los agasajaron. 

boda civil
A la celebración se sumaron los brasileños, quienes hasta asado les brindaron.captura de video 

“Que vivan los novios. Brother, cuídala. Para que una mujer te acolite en esas situaciones debe de ser muy valiosa”. Ese fue uno de los mensajes que Roger Idrovo (29 años) recibió en su cuenta de Twitter al publicar el video de su matrimonio civil con Ana Balladares (29).

En el audiovisual se ve a los recién casados junto a unos eufóricos ‘invitados’: los seguidores del tricampeón de la Copa Libertadores de América, el Flamengo.

Ana, a la cuenta de uno, dos, tres, lanza su ramo y un 'garotiño' lo agarra. Luego, otra fanática le pasa la bandera del equipo de sus amores para tomarles varias fotografías.

La feliz pareja se unió en matrimonio la tarde del 28 de octubre, en el Registro Civil del centro de Guayaquil, y después realizaron una sesión de fotos en Las Peñas.

Corte internacional

Desde la calle Numa Pompilio Llona empezaron a aparecer los brasileños, quienes no se cansaron de felicitarlos en español y en portugués.

La hoy señora de Idrovo entendía buena parte de lo que le expresaban, pues aunque no domina el idioma de las garotas, ha practicado con su jefe y compañeros de trabajo, quienes son brasileños. Ella labora en el sector acuícola.

“Unos nos cantaban: tan tan tatán... (marcha nupcial). Otros le hacían bromas a mi esposo, le decían: ‘Uy, en qué te has metido’”, relata Ana.

En la calle empedrada de Las Peñas, un ‘flaminguiño’ se les acercó, les pidió el ramo, le puso una bufanda a Roger y a ella le dio una bandera.

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“Nos hizo la corte de honor, caminó tres metros, se agachó y me dio las flores y nos hizo barra”, manifiesta la guayaquileña, quien reconoce que ella era un punto blanco en medio de una marea roja con negro.

pedida de mano
Roger armó un viaje romántico a Azuay para pedirle su mano, en febrero de este año.Cortesía

¡El 2018 fue todo!

Roger y Ana se conocieron en 2012 en la Espol, donde se graduaron de ingenieros en Automatización Industrial. Posteriormente empezaron a trabajar como profesores en la universidad que los formó y allí comenzaron a salir.

“A los dos nos salió una beca y fuimos a estudiar el mismo máster en España. Allá nos cogió la COVID y eso fortaleció la relación. Desde el 2018 somos enamorados y el pasado 22 de febrero le pedí matrimonio”, explica Roger, a quien de cariño le dicen el Colorado.

“Éramos tan panas que yo le ayudaba a conquistar chicas, le aconsejaba que les escribiera”, admite la veinteañera.

Campeón del romance

El ‘sí quiero’ de Ana lo dijo en la laguna de Busa, cantón San Pedro (Azuay), y lo ratificó cuando Roger le volvió a hacer la petición en un glampling (hospedaje para acampar al aire libre) de Girón.

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“Ese día jugó Emelec con Independiente y le ganamos 1 a 0, en Quito. Estaba con la pedida de mano, pero escuchando el partido”, cuenta entre risas Roger, quien reconoce que es un emelecista ‘enfermo’.

“En España veía los partidos del Bombillo a las tres o cuatro de la mañana, y al día siguiente la tesis. En su pretemporada en 2020 estaban en Valencia y me ‘pegué’ el viaje de seis horas en bus con Ana desde Barcelona”, rememora el Colorado, quien confiesa que en el colegio se fugó dos veces para ver jugar a su equipo.

La ‘ñora’ de Roger asegura que ella no es hincha de ningún equipo, pero por su esposo usa la camiseta de Emelec, aunque cuando pierden los azules, no pierde la oportunidad para molestarlo y picarlo.

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En la salud y la enfermedad, gane o pierda el equipo, Roger y Ana juraron permanecer juntos.Cortesía

“Ella me acolitó en España y lo hizo ahora, pues yo quería tomarme una foto con los hinchas del Flamengo de fondo”, dice el profesor universitario, quien subió el video que grabó su hermano.

Punteros en valores

La boda eclesiástica está contemplada para mayo del 2023 y hasta entonces cada uno residirá con sus padres. “Yo vivo en el norte, él en el sur. Mis papis son conservadores y así estaremos hasta que nos casemos por la Iglesia. Mi hermana mayor lo hizo, quiero darle ese ejemplo a mi ñaña menor. Son valores de familia”, asegura Ana.

Y por lo vivido en su boda civil, ya tienen qué contarle a sus futuros hijos, y hoy solo pueden decir: “Muito obrigado, campeões” (Muchas gracias, campeones).

10 años llevan de conocerse, 3 años y 7 meses de enamorados y 2 días de esposos.