En la primera fase se desplegarán 10 brigadas de salud en contra del COVID-19. El proyecto suscrito por La Universidad Central del Ecuador (UCE), el Ministerio de Salud Pública (MSP) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) pretende detener la explosión del virus que se avecina en las próximas semanas, yendo en busca de quienes tienen síntomas en 50 barrios que abarcarían al menos el 60% de los casos en Quito.

"Hemos iniciado el pico explosivo... A mediados de agosto se alcanzará el pico máximo", dijo Alberto Narváez, experto en control de enfermedad y docente de la UCE.

Según las predicciones de esta Universidad, en los próximos tres meses habrán más muertes, situación que "no será tan grave como en Guayaquil, pero suficiente para matar a unas 1.000 personas", según Narváez.

Esta 'cacería' de virus responde a las recomendaciones de la comunidad académica que vio como un paso imprescindible que el control del COVID-19 se realice comunitariamente. Es decir, que se establezcan vigilantes en cada manzana o en cada barrio para alertar a las autoridades de salud sobre los casos sospechosos y las brigadas acudan al sitio para atenderlo y brindarle tratamiento, así como para realizar el cerco epidemiológico.

Hasta ahora se han identificado 1.500 vecinos que realizarán este trabajo, así como 300 personas con sospecha de virus y con síntomas que serán intervenidas esta semana, según Luis Muñoz, coordinador de la Zona 9 del MSP.

Las brigadas están conformadas por estudiantes de pre y posgrado de la UCE, que según su rector Fernando Sempértegui, realizarán esta labor de manera voluntaria. El proyecto se inició en la comuna de Santa Clara de San Millán, en el noroccidente de Quito, donde según Narváez se han identificado 50 casos.

La intención además es mantener como prioridad a las mujeres embarazadas y a los niños que pueden estar en más riesgo por el repliegue de los recursos, es decir que no estarían accediendo a vacunas y atención médica debido a la emergencia sanitaria.