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Coronavirus en Quito: ¡Nada por aquí, relajo por allá!

Mientras los dueños de los locales han invertido en lavabos portátiles y señalética, al cruzar las vallas hay aglomeraciones por ventas informales.

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El Centro Histórico es una de las parroquias con más casos de coronavirus (calle Abdón Calderón).Karina Defas / EXTRA

El mercado San Roque mantendrá sus puertas cerradas hasta el próximo 22 de junio por disposición del Municipio de Quito. Una medida para evitar los contagios.

Sin embargo, las ventas no han parado en los alrededores y tampoco el incremento de los casos de COVID-19. La parroquia Centro Histórico, donde se ubica este mercado, concentraba 317 casos confirmados hasta el 18 de junio.

La calle Rocafuerte se llena de comerciantes que ofrecen de todo, incluso se acercan a los vehículos que intentan circular para ofrecer sus productos. Esto ocasiona congestión.

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Más al sur, sobre la calle Abdón Calderón, el panorama es parecido a lo que fue hasta hace unas semanas en la calle la Loja, de donde fueron retirados comerciantes que se tomaron el espacio público desde hace 50 años. No hay distanciamiento físico. Tapabocas mal usados. Caos.

El pasado 12 de junio, la Agencia Metropolitana de Control, la Secretaría de Seguridad y otras entidades como la Policía Nacional hicieron un operativo sobre la calle Loja.

El secretario general de Seguridad, César Díaz, señaló que los controles continuarán y que se verificará de manera constante que los comerciantes cumplan con las medidas de bioseguridad tanto en el mercado y en los locales aledaños. Sin embargo, donde no hay presencia de agentes metropolitanos nada de esto se cumple. Basta volver a la calle Abdón Calderón para volver a la realidad.

También se organizan

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Locales aledaños al mercado San Roque colocaron lavabos portátiles en la entrada.Karina Defas / EXTRA

Luis Estacio lidera una comisión de los locales aledaños al centro de abasto y revisa que cada uno vaya ocupándose de implementar las medidas sanitarias.

El flujo comercial es bajo para lo acostumbrado en la zona, pero los negocios han tenido que invertir para atender a los clientes. En la mayoría ya se ha colocado la señalética de distanciamiento y lavabos portátiles junto a las puertas. “Es una inversión de al menos 180 dólares cada uno”, explicó Estacio.

Dijo que cada comerciante ha perdido grandes cantidades de dinero por la cuarentena, sobre todo cuando el Municipio de Quito decidió suspender totalmente la atención del mercado y de los locales circundantes por el aumento de contagios en la zona. “También tenemos miedo, pero no podemos sostener un negocio cerrado”, agregó.

"Nuestro objetivo es cambiar la imagen que tienen de nuestro barrio y de los alrededores del mercado”.

Luis Estacio