“A cuidarme mucho y a comer más arroz”. Esas fueron las palabras que pronunció Argentina Zambrano, luego de que la mañana de ayer saliera recuperada del Hospital IESS Quito Sur, tras combatir contra el coronavirus por más de un mes.

La mujer, de 90 años, estaba contenta. Sonriente. Cargaba la cobija con la que se cubrió durante el tratamiento.

Además fue llevada en una silla de ruedas porque todavía estaba convaleciente. Quería ver a sus hijos. Washington Reyes, el mayor de ellos, fue a retirarla. Casi llora de la emoción al verla. Contó que la última vez que cruzaron palabra fue cuando la dejó en el área de emergencias. La adulta mayor tenía síntomas respiratorios relacionados con la COVID-19.

Reyes comentó que fue duro dejar allí a su progenitora. “Es algo incierto. Decirle ‘chao’ y no saber si sobrevivirá al virus fue doloroso”, expresó.

El hombre mencionó que al parecer su hermana, quien también se infectó, habría contagiado el virus a su madre. “Ella es vendedora de ropa y solía viajar a zonas rurales”.

Desde que su mamá y su ñaña se infectaron, Reyes se comprometió a ayudarlas hasta que ambas se recuperaran. Tenía que velar en el hospital para conocer el estado de salud de la anciana y luego regresaba a la casa para preparar la comida de su hermana.

Sin embargo, el sacrificio valió la pena. El hijo envió un mensaje a la ciudadanía para que no se descuiden de la pandemia. “Una cosa es ver los casos por televisión y otra es vivirlo en carne propia”.

Según los datos que se manejan en el centro hospitalario, están al 100 % de ocupación en las zonas destinadas para tratar casos de COVID-19.

Hasta la tarde de ayer, había 253 personas en el área de hospitalización. Y la unidad de cuidados intensivos (UCI) permanecía llena, con 43 pacientes. Además, 40 contagiados con coronavirus esperaban un puesto en la zona UCI.