Se deprimen y beben. Peligrosa combinación que, por estos días, tiene alarmados a los habitantes de la provincia de Tungurahua, donde en menos de 15 días los peritos de la Unidad de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones y Extorsión (Dinased) han acudido a tres suicidios. Y es que esto, el buscar la muerte, es el último paso en este peligroso camino.

Y es que, sin ser exagerados, se deprimen y beben “porque les deja la enamoradita, porque el papá los reta, porque no los comprenden, porque se quedan sin empleo...”. Lo dice una habitante de Ambato, donde justo este martes 16 de julio un joven de 22 años fue encontrado por su madre ahorcado, guindado con su propia corbata colocada en una viga de su armario. Su progenitora lo iba a buscar para que vaya a desayunar y salga a su trabajo, cuando se topó con ese cuadro de horror.

De acuerdo con la psicóloga Paola Echeverría, la depresión es una enfermedad que avanza rápidamente en el mundo. Mencionó que el primer síntoma es el intento de suicidio.

“Esta enfermedad es la consecuencia de diferentes factores. En las primeras manifestaciones de tristeza en alguna persona que siempre ha estado en actividad, deben estar atentos y de inmediato actuar en familia y acudir a algún profesional para evitar desenlaces fatales”, agregó.

El mismo temor y sentimiento se vive en el cantón Tisaleo, donde están preocupados porque en menos de tres días dos jóvenes de 17 y 20 años de edad se quitaron la vida. El primero fue el jueves 11 y el segundo el sábado 13 de julio. Le atribuyen el mal a la influencia del licor, motivado por algún problema personal. Los dos se habrían ahorcado.

María Rosario Tipán es familiar del último joven que decidió quitarse la vida. Informó que durante una semana estuvo tomando y adquiría el licor de manera clandestina. “Por Dios, este vicio está acabando con nuestros jóvenes. Mi hermano pasó una semana en el vicio y cuando mi papá le llamó la atención se enojó y borracho se quitó la vida”, lamentó la mujer que aseguró que pedirá a la Intendencia que haga operativos en el cantón.

Nicolás Tipán, quien era presidente de la Junta del Campesinado, aseguró que ese mal social se viene arrastrando hace varios años, pero cuando estaban al frente de la entidad llevaban al páramo a los borrachitos y los hacían confesar quiénes les vendían el licor y de ahí bajaban a clausurarles. “Así se debe actuar frente a estas personas que venden droga y licor, con mano firme para que no contaminen a nuestros hijos”, dijo.

El bombero de Tisaleo Miguel Espinoza comentó que es lamentable lo ocurrido y piden que para controlar el alcoholismo y el suicidio se deben hacer terapias familiares, es decir estar más pendiente los padres de los hijos.

Por su parte, el intendente de Tungurahua, Giovanny Acosta, aseguró que hacen operativos permanentes para controlar la venta clandestina de licor, que es uno de los problemas principales en la provincia. Pide que las personas denuncien para acudir a los sitios para ejecutar las medidas legales.