La quema del vehículo en el que presuntamente se movilizaban los asesinos del actor y presentador Efraín Alberto Ruales Ríos, de 36 años, pudo ser un distractor para desviar la atención de los investigadores.

El automotor, un Chevrolet Grand Vitara color azul, fue incendiado y abandonado en un sector poblado, donde era obvio que alguien alertaría de inmediato la situación, explica en su análisis Daniel Pontón, quien es decano de la facultad de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).

El experto menciona que en el hecho actuaron profesionales, porque se nota la planificación previa: conocían su rutina, sabían en qué tramo habría menos testigos e hicieron pocos disparos: tres al vehículo, pero uno certero en una zona crítica, que afectaría a los órganos alojados en la zona torácica.

Lo que llama la atención a Pontón es que los criminales, después de que el carro de Ruales se detuviera, no se bajaran a ‘rematarlo’. “No podría decir que participó otra persona u otro vehículo adicional que haya pasado luego para confirmar si murió. Aún no se conoce suficiente de esos detalles (...), pero se trataría de un sicariato”, argumenta.

Y añade que incendiar el automotor, además de eliminar cierta evidencia, pudo dejar una ruta libre de policías en otro lugar de la ciudad, por donde pudieron escapar los asesinos.

Nelson Yépez, asesor de seguridad con 30 años de experiencia, tiene un punto de vista que genera otra hipótesis: la del intento de robo.

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Para el experto, sí hubo planificación, pero cree que el objetivo era posiblemente sustraerse pertenencias de la víctima, pero en el intento el afectado no habría cedido y los delincuentes terminaron disparando.

Yépez dice que, al tener vidrios con láminas de seguridad o blindaje, el actor pudo pensar que se libraría de los asaltantes, pero estos, al ser “profesionales”, acabaron con él.

Otra posibilidad es que realmente buscaban amedrentarlo. En esto coinciden Pontón y Yépez. Para ambos, es una posibilidad que los criminales trataran de darle solo un susto, tal vez dejándolo herido, y eso podría explicar por qué no lo ‘remataron’. Pero la bala fue letal.

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César Peña, fiscal de Guayas, sostiene también que a Efraín Ruales “lo mataron profesionales”, pero con base en su experiencia sospecha que sí buscaban asesinarlo, porque los individuos no se alejaron con el primer disparo, sino que buscaron colocarse al lado de la víctima, para encontrar el modo de impactar su cuerpo con un balazo.

“Es un caso bastante complejo y tanto la Fiscalía como la Policía deben ejecutar diferentes pericias que ayudarán a esclarecer el suceso”.