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¡Impactante historia: fotógrafo de guerra se enamora de cruel asesina!

Jason Howe fue enviado a Colombia para capturar los sucesos que ocurren en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), hasta que conoció a Marilyn, una jovencita que lo llevaría a experimentar la realidad en las fronteras.

Imagen Jason y Marilyn
Marilyn, ex paramilitar y espía, junto a Jason Howe.Captura de pantalla

La conoció en una parada de bus, cuando se dirigía a los grupos de la guerrilla colombiana. Marilyn se encontraba haciendo fila para comprar un café. Y solo basto que crucen sonrisas para que inicien una larga conversación. Allí nació una historia de amor marcada por el misterio, el profesionalismo de él, la vida oculta de ella, y el amor de por medio.

Jason Howe nunca imaginó que esta casual coincidencia tendría ‘graves’ consecuencias. Él tomó confianza con Marilyn, integrante encubierta del grupo paramilitar Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y encargada de asesinar a informantes y a su vez hacer de espía. Una sicaria con rostro amable.

Así relata el fotógrafo Jason Howe su historia en una nota adaptada por el portal BBC. Asegura que durante la charla en el viaje se dieron cuenta que viajarían en el mismo bus, en lo que, por cierto, sería una travesía a la frontera de cuatro horas y media.

Jason, sin tener conocimiento de su vida, le comentó acerca de su motivo de viaje a la frontera con Ecuador. Fue así que ella le propuso llegar a la casa de sus papás. Le contó que tenían un bar a la orilla del camino donde se reunían los miembros del ejército y los grupos paramilitares, y bastante entusiasta el fotógrafo británico aceptó. Y ya al primer día de su estadía, mientras caminaban al bar, tuvieron su primer beso.

“Hubo una conexión inmediata. Ella hablaba, se reía mucho. Era atractiva”, expresó Jason, quien evidentemente no se daba cuenta de los mundos tan distintos en los que ambos vivían. “No había ninguna señal de que ella estaba conectada con los grupos paramilitares. Y si en algún momento lo mencionó, claramente no lo entendí”.

Continuó viviendo en casa de los padres de Marilyn, donde también vivía la pequeña hija de esta, que se refería a él como “gringo” y con quien guardaba una estupenda relación.

A Howe le tomó meses ganarse la confianza de los comandantes de los grupos armados para lograr conseguir acceso. Durante este proceso, la paramilitar fue un gran apoyo emocional para el fotógrafo. “Estaba totalmente enamorado de toda la situación. Enamorado de la persona que creía que era. En ese momento no tenía idea de lo que hacía” afirmó Jason.

A pesar de la buena relación, él decidió mudarse a un hotel cercano a donde Marilyn lo iba a visitar todas las noches. Y en una de ellas le confesó su oscuro secreto.

Jason quedó conmocionado. “Me dijo que era un miembro activo de los paramilitares, que antes usaba uniforme y que había estado luchando en la selva, ahora era parte de una célula urbana y su trabajo era eliminar informantes. Se había convertido en una asesina”.

Al mismo tiempo, esta criminal le habló de todas las armas que ella ocultaba para no ser agarrada por la policía en cualquier requisa. Asesinaba con cuchillos o jeringas para ocasionar un embolismo. Y reconoció que para que no la descubrieran, desmembraba los cuerpos y los tiraba en diferentes lugares sin levantar sospechas. Pero lo mas impresionante es que Jason no sintió temor alguno y continuó con la relación.

El fotógrafo se hizo de la idea que ella era una simple víctima de las circunstancias en la que se vive en Colombia. No obstante, dejó de creerlo hasta que Marilyn le hizo una segunda confesión: “Me contó que con el tiempo ya no le importaban realmente los paramilitares. Y que ahora trabajaba por dinero”. Y era cierto, la paramilitar no solo asesinaba a causa de la guerrilla, ademas trabajaba como sicaria, mataba por cumplir la venganza de terceros. Y lo hacía solo para comprarse maquillaje, ropa y vanidades, ni si quiera para darle una mejor vida a su pequeña hija.

Cuando Howe por fin abrió los ojos comenzó a cuestionarla. “Ella me apuntó con la pistola y me dijo que la estaba juzgando... me preguntó por qué no le tenía miedo. Le dije mátame o no, pero no me amenaces. Y si alguien te ha pagado para que me mates, te doy el doble”, acentuó, después de describir la reacción graciosa que tuvo Marilyn: “ella comenzó a reírse de él y bajó el arma”.

Esa fue la última confrontación que tuvieron y que claramente marcó el fin de su relación.

Finalmente Jason se fue de Colombia y dejó de mantener contacto con Marilyn. Aunque ella le escribía a su correo y le contaba las ganas de salir de esa vida, reconocía que la única manera de hacerlo le ocasionaría la muerte. El fotógrafo británico, tras todo el trauma que vivió, le contestaba de manera cortante.

Años después, Jason regresó a Colombia y se encontró con la noticia del fallecimiento de Marilyn, que fue apedreada por el grupo paramilitar que creyó que ella era una informante. Howe llevó flores a su tumba junto con la madre de Marilyn y regresó a su país, poniéndole fin a su carrera como fotógrafo de guerra.