Veintiséis horas antes de la explosión del taxi utilizado como 'coche bomba' -a las 03:00 del  domingo 29 del mayo en los exteriores de la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) de La Florida, en el norte de Guayaquil-, el conductor de este vehículo había sido asaltado, golpeado y secuestrado por dos antisociales, quienes fingieron ser pasajeros.

Los malandrines abordaron el vehículo el sábado en los exteriores de una discoteca ubicada en las calles Quisquís y Rumichaca, en el centro porteño, y solicitaron una carrera hasta el sector de La Prosperina (norte).

Sin embargo, en el trayecto, uno de los pillos sacó un arma de fuego y apuntó al conductor. Luego lo obligó a subirse a un vehículo Suzuki SZ, color negro, y lo llevaron hasta el sector de la Casuarina, donde lo dejaron abandonado.

Una vez que pudo desatarse el chofer, buscó ayuda y se contactó con el propietario del carro y juntos acudieron hasta el Cuartel Modelo para asentar la denuncia. La querella fue receptada a las 07:00 del sábado. A las 08:00, los afectados acudieron hasta la Policía Judicial para que se inicie la búsqueda, localización y bloqueo del automotor.

“Tengo el documento del recibido, pero ahora me enteró de que el carro estuvo abandonado afuera de la UVC de La Florida desde la mañana del sábado y lo más raro es que hasta la tarde del domingo en la página de la Policía el carro no constaba como robado”, contó el dueño del taxi.

Reveló que conoció de la explosión de su vehículo porque la esposa del conductor vio en redes sociales que habían colocado una bomba en un taxi con similares características al suyo.

“Me acerqué a la unidad policial de La Florida y lo que un uniformado me dijo es que lamentablemente el carro no está asegurado y que no se podía hacer nada. No entiendo por qué no subieron la denuncia inmediatamente. Pude haber recuperado mi herramienta de trabajo”, lamentó el propietario del automotor.

Este Diario se contactó con el departamento de Comunicación de la Policía para conocer si antes del estallido se investigó el paradero del carro robado, pero hasta el cierre de esta edición no hubo contestación.