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Crónica

Lorena y su sensual estrategia para comerciar aguas medicinales

Lorena Guerra le entró a tijeretazo a sus pantalones para captar clientes. Y lo logró, pues su negocio de agüitas curativas ha crecido hace mes y medio en el sur de Guayaquil. Su novio la terminó por trabajar así, pero ella ha decidido seguir adelante por sus hijos.

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Ella afirma que tiene sus piernas marcadas por el sol. Y advierte que no es ‘tuneada’, lo único falso en ella son sus pestañas postizas y uñas acrílicas.Amelia Andrade /EXTRA

Es imposible pasar por la avenida Vicente Trujillo y la 25 de Julio, sur de Guayaquil, y no detenerse para ver a Lorena Guerra, de 37 años. Desde el 2013 ella vende aguas medicinales, pero hace mes y medio decidió aplicar un marketing sensual para incrementar las ventas de sus bebidas. ¡Y sí que le ha resultado!

¿En qué consiste su estrategia? Ella afirma que es tan simple y atrevida: lucir licras con huecos en las nalgas, caderas y piernas.

Al parecer, le ha funcionado, pues cuando comercializaba su producto ‘tapadita’, vendía 50 botellas de agua de boldo con sábila y también de moringa; pero actualmente expende a diario unas 120 a 130 botellas, a un dólar cada una.

Como en todo comercio, hay días buenos y malos, aquí depende de la licra que use.

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“Hace ocho años regresé de Venezuela. No hallé trabajo y con jarra y vasos empecé a vender estas aguas en Domingo Comín y Las Esclusas, allí estuve por tres años. Luego fui a La Pradera y laboré allí por dos años. Ahora llevo tres años acá. Soy sureña”, indica.

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En su puesto embotella sus bebidas medicinales.Amelia Andrade /EXTRA

La evolución

La guayaquileña cuenta que todo inició con un jean roto que un día usó. La mercadería se le acabó rapidito. Posterior a ello, decidió vestir una licra transparente que revelaba su ropa interior: un hilo dental.

Hasta que llegó al ‘tijerazo’, que ha aplicado a 10 licras. “Me di cuenta de que aquí el hombre, sin ofender, es morboso, ve a una mujer y se emboba. Olvídate, que tú lo tienes allí”, señala.

Su teoría parece ser cierta, pues los más ‘achacosos’ son varones, sus principales clientes. “Ahora todos tienen problemas de riñones e hígado. Desde ‘peladitos’ hasta veteranos vienen a comprar”, expresa.

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Ella no es la única que usa esta estrategia de venta; su ñaña, Liliana, también. Pero Lorena admite que ella es quien se ha excedido con la tijera.

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Las mujeres son quienes más las atacan. Con sus miradas le dicen de todo...Amelia Andrade /EXTRA

Precio a pagar

Confiesa que quienes más la atacan son las mujeres. “Te tuercen la cara. Una vez me gritaron: ‘Mejor trabaja en la 18’ (barrio de tolerancia)”, manifiesta.

Asimismo, dice que los hombres creen que por su vestimenta ella tiene una doble intención. “Lo hago para mantener a mis tres hijos. Yo pago el alquiler, sus estudios, los servicios básicos, Internet. Tengo que aguantarme el sol y estar parada de 08:00 a 15:00”, aclara.

Afirma que nunca la han manoseado, pero que un motorizado la ‘nalgueó’, por eso ya no se desplaza mucho. “Quien quiere comprar, se estaciona y le vendo. Aunque no falta el que me compra varias botellas, pero me las pide de una en una para que yo vaya y regrese”.

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Choques y propuestas

Cinco choques de autos ha ‘provocado’ en el sector, dice Lorena entre risas. De igual manera ha recibido varias propuestas indecentes.

“Es a diario, la mayoría me ha ofrecido plata para tener relaciones sexuales. Uno me pagaba 500 dólares por acostarme con él. No soy una santa, pero por la ropa que uso, se imaginan otra cosa. Aunque no lo crean, del trabajo me voy a mi casa a atender a mis hijos”.

“Acá hasta me dejan los teléfonos para que los llame. Incluso alguien del Municipio me dejó el suyo”.Lorena Guerra, vendedora sensual

Revela que muchas mujeres han cacheteado a sus parejas por ‘bocabiertas’ o les han ‘clavado las intensas’.

Lorena hace la aclaración: no vende jugos ni helados, pero le ‘saca el jugo’ a su figura y deja ‘helados’ a la mayoría de sus clientes. “Yo porque puedo”, concluye. 

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Varios ‘descabezados’ asoman en los autos que pasan por la avenida Trujillo.Amelia Andrade /EXTRA

'Tijerazo' a su relación de cinco años

“Por la foto de mis nalgas en redes sociales, me terminaron”, expresa la comerciante, quien asegura que ni sus vástagos ni su expareja la han visto con esta sexi vestimenta.

“Yo salgo temprano de casa y mis hijos duermen. Mi ex vio la licra con menos huecos. Por redes conoció los otros estilos. Si usaba una muy atrevida, me amarraba un suéter a la cintura y no se daba cuenta”, relata.

“‘Te pasaste, prácticamente vas desnuda a trabajar al puesto’, me dijo. No discutí, porque así mantengo a mis hijos y no hago nada malo”, recalca.  

Para quienes deseen conocer más de esta emprendedora, aquí les deja su cuenta de Instagram: alexaguerra9.