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Judicial

Guayaquil: Hombre sobrevivió a cinco 'pepazos'

A pesar de la prohibición de consumir bebidas alcohólicas, la víctima se amaneció libando junto a un grupo de amigos.

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La víctima fue baleada en un inmueble del sur de Guayaquil.Amelia Andrade

Una reunión entre panas, que se dio a pesar del estado de excepción y la prohibición de consumir bebidas alcohólicas, terminó con uno de ellos grave en un hospital: Mario Ernesto Paredes Villagómez, de 45 años.

La víctima fue acribillada cerca de las 05:00 del domingo 4 de abril, mientras libaba en la villa 23, de la manzana 114 de la cooperativa Floresta 2, del Guasmo, en el sur de Guayaquil.

El perjudicado no vivía ni tenía familiares en el sitio, pero sus amigos lo llevaron a una casa de salud cercana, donde permanecía bajo pronóstico reservado, pues había sufrido cinco heridas.

Según la información proporcionada por la doctora Belén Saavedra a la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), el perjudicado llegó al hospital en estado de ebriedad, con una herida en el cráneo, tres en el tórax y otra en un muslo.

El herido registra tres detenciones, según datos de la Dinased. En 2001, por robo, mientras que en 2005 y 2012 por tenencia ilegal de armas.

La situación de Paredes Villagómez era considerada crítica. Por eso, al amanecer, fue llevado al área de quirófano.

Y mientras los galenos trabajaban en salvar su vida, los agentes de la Dinased tomaban versiones a familiares y testigos para esclarecer los hechos, pues no se había confirmado si el atacante estuvo entre el grupo de amigos o si una persona ajena al inmueble ingresó para cometer el atentado.

En el sitio del suceso no existen cámaras de seguridad. No obstante, un grupo de agentes se desplegó a vías adyacentes para buscar sistemas de vigilancia y personas que pudieran aportar con detalles.

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Tocaron la puerta, saludaron y le dieron plomo

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Wimberley Vaca, el dueño de la casa donde libaba la víctima, tampoco dio mayores detalles a los investigadores, pues de acuerdo a los registros de la Dinased, él sostuvo que solo escuchó las detonaciones y que tampoco sabía cómo se suscitó el hecho.

En el barrio, los vecinos evitaron hablar de lo ocurrido. Desde una ventana, una moradora apenas mencionó que el sector es peligroso, porque hay pocas rondas de control por los callejones.