Fue una operación bajo presión. Los investigadores tenían en la mira los lugares en los que posiblemente mantenían en cautiverio a Heriberto Glas, quien fue secuestrado cerca del mediodía del pasado jueves, en Lomas de Urdesa, norte de Guayaquil.

La víctima había sido interceptada por tres sujetos que circulaban a bordo de un automóvil negro, al cual el perjudicado fue embarcado a la fuerza, tras sacarlo de su vehículo, un BMW azul, que quedó abandonado en medio de la calle Séptima.

Poco después del secuestro, un hijo de Glas recibió una nota de voz, a través de WhatsApp, en la que los delincuentes hacían un pedido: 400 mil dólares por la liberación.

Sin embargo, la Policía conocía ya del hecho y los agentes de la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) empezaron a ejecutar rastreos y análisis con las imágenes obtenidas en el sector.

Esto llevó a uno de los grupos desplegados la madrugada de ayer hasta Mapasingue, donde percibieron que estaban cerca de la víctima cuando unos sujetos armados los atacaron a balazos, según informó a EXTRA el fiscal Patricio Toledo, de la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional (Fedoti).

En ese momento se desarrolló una persecución que terminó con la detención de los seis primeros sospechosos, acotó el funcionario. Luego fueron detenidos otros cuatro, entre ellos una mujer.

Heriberto Glas fue hallado en una casa de Mapasingue, en el norte porteño. Estaba encadenado, amordazado y con sus ojos cubiertos, precisó el jefe de la Unase, coronel Henry Herrera.

Círculo social

El coronel Herrera explicó que uno de los aprehendidos habría sido el encargado de proporcionar toda la información que permitió secuestrar a Glas.

El sujeto, identificado como José Gabriel Bajaña, tendría relación con personas de un restaurante que la víctima y sus amigos acostumbraban visitar.

Motivación

Heriberto Glas es hermano del exvicepresidente Jorge Glas, quien actualmente cumple una pena por cohecho en la cárcel de Latacunga.

El coronel Herrera descartó que el secuestro tuviera una motivación política y ratificó que fue por asuntos económicos, porque los sospechosos habrían estudiado a la víctima y a su entorno para conocer que posiblemente contaban con dinero para el pago.