Jorge Carriel analiza, con estadísticas, las aglomeraciones de carnaval a escala nacional, en especial las de Montañita y Salinas. El médico ecuatoriano, que reside en Madrid, cuenta que de ese foco de contagios habrá un 20% de personas que desarrollará la COVID-19 de gravedad, y un 5% caerá en una situación crítica. Y de ese 5%, la mitad derivará en muerte.

Operativos les dañaron la fiesta en Montañita y Salinas

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Para el especialista, que compara la situación de Guayaquil y Santa Elena con casos similares en Madrid, la responsabilidad en mayor parte la tienen las autoridades. Lamenta que los ciudadanos no sean conscientes de lo que engloba al virus: la transmisibilidad y el distanciamiento. “La gente lo conoce, pero los latinos e iberoamericanos siempre estamos en la línea de lo permitido y lo no permitido. Los que debieron haber tomado una disposición clara son los representantes del Gobierno. Falta una política de Salud”, apunta.

A pesar de que hubo medidas que prohibían, entre otras cosas, el ingreso de bebidas alcohólicas y jugar-vender espuma carnavalera en el malecón de Salinas, cree que un error pudo haber radicado en la no prohibición de ocupar el espacio del malecón, donde ocurrió una aglomeración que no pudo ser controlada por la policía. Además, destaca las medidas cambiantes que se han tomado en diferentes fechas y que esto puede llevar a desinformar a cierto grupo de personas.

“Si no se publica, por ejemplo: ‘que la gente no puede salir al malecón de Salinas’, todo el que quiera puede salir”, añade. La misma situación ocurrió en Montañita yo otras partes del país, donde las aglomeraciones se dieron en la playa. “Cuando no hay políticas claras, la responsabilidad no es enteramente de la ciudadanía”, insiste.

Pone de ejemplo la medida que rige en Madrid y que no cambia, que restringe las reuniones en espacios públicos de más de 6 personas y, en casas, de más de 10. Cuenta que, cuando hay irrespeto, los organismos de control actúan y sancionan. Esto, comenta, ha hecho que las cifras de contagios bajen hasta un 30%.

“Si no hay políticas claras, no se puede culpar a la gente. Si buscamos culpables aquí, es de quienes establecen las políticas. La gente va hasta donde se le permite”, comenta.

Destaca la prohibición de piscinas en las veredas y calles de Guayaquil, como es tradición para estas fechas. Considera que estuvo bien la medida, porque esto pudo derivar en más aglomeraciones en núcleos familiares. “Lo que considero que está mal es utilizar un recurso público, como la policía, para eso, cuando hay sicarios que no encuentran, ladrones que no atrapan y corruptos que no persiguen”, sentencia.

El profesional recomienda que quienes fueron protagonistas de fiestas y aglomeraciones hagan conciencia y se aíslen a su regreso a sus lugares de origen para prevenir más contagios. En los 14 días posteriores al carnaval, detalla, se podría esperar un repunte de casos.