La procesión del Jesús del Gran Poder es uno de los eventos más importantes del catolicismo en el Ecuador y el ritual religioso más trascendental de la Semana Santa.

Este evento que se desarrolla todos los Viernes Santos, y que pretende recordar la muerte y pasión de Cristo, inició con una especie de concurso de estatuillas de santos.

Según el Ministerio de Cultura y Patrimonio, en 1961, el sacerdote Francisco Fernández buscaba una imagen para que los quiteños la idolatren, que conectara con su fe. Probó con la Virgen de Fátima y no funcionó. Luego lo hizo con la Virgen de Lourdes y tampoco resultó.

Mientras caminaba por el convento de San Francisco vio que dentro de la sacristía estaba abandonada una escultura de Jesús de Nazaret. Esa fue su elección.

El cura decidió que esa figura sería la representación de la devoción de los quiteños y le cambió de nombre a Jesús del Gran Poder en homenaje al pasaje bíblico en el cual el Nazareno dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.

Fernández le hizo popular a la figura durante las misas a tal punto que los feligreses le pedían milagros. Desde ese año se inició la procesión cargando a la imagen que fue elaborada en el siglo XVII con palo de balsa.