De las ocho personas retenidas por el crimen del albanés Tresa Adriatik, ocurrido la madrugada del viernes pasado en una urbanización de La Aurora, perteneciente al cantón Daule, solo una fue procesada, pero el juez, Edwin Tierra, le otorgó medidas cautelares.

El fiscal de Daule, Walter Jaramillo, indicó que entre los aprendidos estaban la esposa del extranjero, sus suegros, tres cuñados y dos guardias de seguridad.

“Los familiares del occiso se encargaron de contaminar la escena del crimen, ya que se llevaron documentos, un maletín, un automóvil y el teléfono celular de la víctima. Pero por no existir elementos claros, ni precisos, no fueron procesados y se les otorgó la libertad”, dijo el funcionario.

Manifestó que la única procesada es la cuñada de Adriatik, porque estaba con la víctima al momento de ser asesinada y al rendir su versión se contradijo. La mujer, de 26 años, tendrá que presentarse periódicamente en la Fiscalía, durante el tiempo que dure la instrucción fiscal, que son 30 días.

El fiscal mencionó que en la escena del crimen se encontraron seis indicios balísticos y que ocho hombre ingresaron al inmueble del europeo con chalecos parecidos a los que usa la policía.

“Ellos llegaron haciéndose pasar por policías de Antinarcóticos. Es sorprendente que las cámaras de seguridad del domicilio estuvieran desconectadas, no hubo robo, no se llevaron nada, por lo que se presume que se trató de un ajuste de cuenta”, señaló Jaramillo.

Expresó que se trató de un trabajo “extremadamente astuto” y muy preparado por parte de los delincuentes y que no se trató de gente improvisada.

“Fue crimen bien planificado, es preocupante la forma en que actuaron, al parecer perteneciente a una banda internacional, debido a los antecedentes del occiso. Este estuvo detenido por porte arma, por delincuencia transnacional y también estaba ligado en actos de sicariato e inclusive el año lo trataron de secuestrar”, dijo Jaramillo.