Gerardo Delgado, el periodista manabita asesinado el pasado miércoles 10 de agosto, fue despedido por su pueblo que lo acompañó hasta su última morada.

Una multitud de personas abarrotó el cementerio Parques del Recuerdo. Allí esperaron al menos unas 3 horas, hasta que el féretro de Gerardo cumpliera con un amplio recorrido desde la Plaza Cívica de Manta hasta el camposanto ubicado en Jaramijó.

En un momento se quiso adelantar la llegada del cuerpo llevando en carroza el féretro, sin embargo, la marea de personas impidió y decidieron llevarlo en hombros hasta el cementerio. No les importó el inclemente sol.

Eso de las 17:30 el ataúd de Delgado entró al camposanto antecedido por el pitido de las motos y los gritos de Gerardo, Gerardo que se escuchaban en coro.

Una vez la marea de personas que acompañaban el recorrido se juntaron con quiénes ya esperaban se formó un alboroto que ni la Policía Nacional pudo controlar. Todos querían estar lo más cerca posible del lugar donde iba a ser sepultado.

La gente brindaba currincho y recordaban anécdotas como la culebra y su tradicional frase !Ay Dios mío! Los celulares captaron el último momento y hubo quienes se subieron encima de furgonetas para tener un mejor panorama.

En resumen, el último adiós fue apoteósico y multitudinario, de forma que será recordado por propios y extraños.