Son siete las embarcaciones semisumergibles que han sido incautadas por las autoridades en la historia del Ecuador. La última, a diferencia de las anteriores, mostraba evoluciones en su estructura, capacidad y potencia, según han revelado fuentes de la Armada.

Esta nave fue detectada a 350 millas náuticas de Salinas, provincia de Santa Elena, el 21 de diciembre de 2022.

Sin embargo, pudo ser acercada al perfil costanero tres días después, por logística y coordinaciones para la custodia, pues se corría el riesgo de un enfrentamiento, porque en la proa se ocultaban 56 sacos de yute con aproximadamente dos toneladas de cocaína, de acuerdo a la información oficial.

Para el operativo de interceptación, la Fuerza Naval ecuatoriana trabajó en conjunto con la Policía y su par de Colombia. Por medio del intercambio de información, se logró el abordaje y la detención de tres colombianos y un ecuatoriano.

Un oficial de la Marina explicó que esta embarcación tiene un perfil bajo, que poco sobresale en el mar. Eso lograría que esta se camufle con el agua sin dejar una estela que marque su ruta.

Lo que llamó la atención de los uniformados, fue también que esta, además de tener capacidad para grandes cantidades de droga, había sido potenciada con cuatro motores, lo que le permitía desplazarse a mayor velocidad.

Esa es la mayor diferencia con los hallados en pasado, pues esos -según la fuente- navegaban de forma lenta, mientras que la última se podía comparar, incluso, a las lanchas rápidas de las Fuerzas Armadas. Es porque también habría tenido las condiciones para atravesar sin problemas olas en mar agitado.

La nave también contaba con tecnología de navegación satelital, lo que permitía saber a los narcotraficantes hacia dónde y por dónde iban.

En el interior, además de la alimentación de los sospechosos, se encontraron cuatro equipos de comunicaciones satelitales, baterías y combustible. Los investigadores presumían que el destino de la ‘merca’ era Centroamérica, México o los Estados Unidos.