Primero oraron en medio del río y después se lanzaron a bucear en las turbulentas aguas del Bobonaza, para lograr recuperar el cuerpo de una niña de 8 años que fue ‘tragada’ por el afluente, uno de los más temerosos de la provincia de Pastaza.

La desaparición de la menor se reportó la tarde del viernes 11 de junio de 2021 en la comunidad de Pakayacu, a la que solo se llega por vía aérea o fluvial.

Los familiares comunicaron al ECU911 que la pequeña jugaba con unos amiguitos en la laguna que desemboca al río del mismo nombre (Bobonaza) y en el menor descuido una canoa se viró y la niña desapareció.

Rolando Ramos, jefe del Cuerpo de Bomberos de Pastaza, informó que trabajaron con el personal de aguas rápidas, de buceo del Cuerpo de Bomberos y el apoyo de los comuneros. Durante el viernes, sábado y hasta la tarde del domingo 13 de junio se extendieron los trabajos hasta que lograron encontrar a la víctima.

Para evitar que el cadáver sea arrastrado hasta el río Puyo, donde desemboca el Bobonaza, aplicaron todas las técnicas, tanto de rastreo por barrido en el río, donde utilizaron redes, como el buceo en las partes más profundas.

El cuerpo flotaba a un kilómetro de donde ocurrió el accidente y estaba en medio de unos pedazos de madera. El jefe del Cuerpo de Bomberos indicó que una vez rescatado el cadáver lo trasladaron hasta Puerto Canelos, cuyo viaje fue de dos horas en canoa y de ahí en carro hasta la morgue de Puyo, donde ayer fue entregado a los familiares después de la autopsia. (YIE)