Manuel Enrique Castro Arteaga, de aproximadamente 40 años, quedó muertodentro de un carro auto de recibir varios disparos. El empresario manabita, fue sorprendido a plomo por dos sicarios cuando acompañaba a un amigo.

Eso de las 09:45 del 22 de septiembre, una ráfaga de disparos puso los pelos de punta a propietarios de negocios y transeúntes que circulaban por la Avenida 5 de junio, a la altura del Puente Papagayo, jurisdicción de Portoviejo, provincia de Manabí.

Los 'pepasos' se produjeron sobre el copiloto del automotor, cuando este pretendía abandonar un parqueadero de una plaza comercial. Los vidrios del Kia Sportage, color gris, quedaron con orificios a causa de los impactos de arma de fuego.

"Me tocó ver esto como una película. Llegaron dos hombres en moto, uno de ellos llevaba un buzo amarillo. Una vez que dispararon salieron soplados", narró un comerciante del sector que prefirió el anonimato por temor a represalias.

Un hombre que conducía el vehículo donde estaba Castro, identificado como…….. resultó herido con disparos que dieron sobre el costado derecho de su región torácica. Producto de aquello una camisa de cuadros que llevaba puesta se empapó de sangre. Por sus propios medios el afectado salió del vehículo y fue trasladado a una casa de salud bajo custodia policial.

Las unidades especializadas de Criminalística y Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (DINASED), se desplegaron en el sitio y recogieron indicios balísticos que se alojaron principalmente en el interior del automotor.

Luego de conocer detalles relevantes del atentado criminal, varios operativos se realizaron en lugares adyacentes al hecho. Los gendarmes allanaron e intervinieron en una vivienda donde aprehendieron a dos sospechosos del caso.

Asimismo, según adelantó una fuente policial, se decomisó un arma de fuego, la que será sometida a una pericia para determinar si fue la que usaron los pistoleros en el violento suceso de la capital manabita.

El cuerpo del fallecido fue levantado y trasladado al Centro Forense de Manta para la necropsia de ley. El procedimiento se efectuó en medio de la angustia y el dolor de amigos y familiares que llegaron al lugar.

Según se conoció, el ahora occiso era propietario de un local de refrigeración muy conocido en Portoviejo.