En pleno verano, algunos vecinos de Tumbaco, al nororiente y El Edén, al suroriente de Quito, tuvieron que limpiar, la mañana de ayer, el desastre que dejó el aguacero del viernes.

Zoila Taco cuenta que la lluvia, que cayó entre las 17:00 y 18:00, le “agarró de sorpresa” y que poco pudo hacer por salvar sus pertenencias del lodazal que se formó en la calle Francisco de Orellana en Tumbaco. “Además, se supone que en agosto no llueve”, comentó.

Su familia y dos más que habitan la vivienda tuvieron que lavar hasta los zapatos, sacaron muebles, colchones y cobijas al sol.

Aunque para Gabriela Ortega la situación es más grave pues su refrigeradora y lavadora quedaron inservibles. “Ya no prendieron. Nos dijeron que desde el lunes podemos hacer los trámites para que nos ayuden”, agregó.

Explicaron que no es la primera vez que el agua afecta al inmueble, aunque nunca había sido con la magnitud del último evento. “Creemos que fue porque los sumideros estaban taponados con el material que han sacado del estadio”, espetó Zoila.

Esta vez el nivel del agua superó el metro de altura y dejó manchadas las paredes, aunque temen que la humedad que se generó dañe la infraestructura del predio. “No es una casa nueva y estas cosas ya afectan”, agregó.

Pérdidas totales

En El Edén, las afectaciones fueron más severas. Los enseres de un minidepartamento quedaron totalmente destruidos por el lodazal.

“Solo me he dedicado a sacar el agua con la escoba, porque el inquilino no asoma”, dijo Bolívar Pérez, el dueño de aquel inmueble ubicado a unos cuantos metros de la Autopista General Rumiñahui.

Allí el agua subió aproximadamente dos metros, por lo que tuvo que llegar el Cuerpo de Bomberos de Quito para succionar el líquido en la vivienda.

César Díaz, secretario de Seguridad del Municipio de Quito, informó que la intervención continuará durante los próximos días con el apoyo de maquinaria del Consejo Provincial de Pichincha.

Mencionó además que se registró 42 milímetros de lluvia en Puengasí y 52 milímetros en Tumbaco.

En El Edén también se registró un deslizamiento de tierra que taponó el cruce vial de la autopista. Bolívar Pérez, residente de este sector, cree que lo sucedido fue causado por los árboles que habrían sido cortados por uno de los vecinos del sector, cuyos troncos no fueron recogidos de la quebrada.

“Con el aguacero era obvio que esto se iba a llenar de lodo. La caja de revisión también explotó”, agregó Bolívar.