María Luisa Mugmal se quedó con la incertidumbre de cómo habría sido la casa que iba a construir su esposo. Sin embargo, él ya no está. Luis Mugmal y otros tres hombres murieron aplastados por toneladas de tierra y piedras luego del colapso de un muro que ellos construían.

El accidente sucedió la tarde del lunes 8 de febrero de 2021, en el barrio de Puertas del Sol, sector de La Bota, norte de la capital.

El martes 9, familiares de los cuatro trabajadores esperaban en el Departamento de Medicina Legal para que les entregaran los cuerpos. Algunos recién se enteraban del hecho, otros, como María Luisa, todavía no podían creerlo.

La mujer contó que habló con su esposo la mañana del accidente. “Me prometió que pronto tendría reunida la plata para terminar de construir nuestra casita”, dijo. Ahora, la mujer se queda con una deuda de 6.000 dólares y con el ‘sueño roto’ de vivir con su pareja y tres hijos en una casa propia.

Cerca de ella, en el interior de una carpa blanca, estaba sentada Martha Caiza junto a su hija, de dos años. La mujer es la esposa de otro de los trabajadores fallecidos. Su nombre era Luis Pupiales y tenía 42 años.

La pareja estaba planificando su boda para los próximos meses. Caiza dijo que solo esperaban encontrar el lugar donde se realizaría el evento. Ella tuvo un mal presentimiento el día del suceso. Eran las 16:30 y Pupiales no llegaba a la vivienda en Llano Grande.

Esto nunca había pasado. Según ella, su novio y padre de su hija se demoraba máximo cinco minutos. Al no llegar sintió algo en su pecho. Minutos después recibió una llamada. Era un morador que vive en Puertas del Sol y vio el hecho. Él conocía a Pupiales y le dio la noticia a Caiza.

Cuando la mujer llegó al sitio no la dejaron pasar a donde ocurrió el derrumbe. Dijo que fue desesperante esperar varias horas hasta que sacaran el cuerpo de su pareja. Ella tuvo la esperanza de que él estuviera con vida, pero no fue así. Los restos de Pupiales fueron extraídos a la 01:00 de ayer.

“Fueron horas agonizantes hasta que lo vi (a su novio) lleno de tierra y sin vida”, comentó.

Los familiares de las otras víctimas prefirieron no dar declaraciones, pero enfatizaron que se asesorarán legalmente para continuar con un proceso legal que permita aclarar el hecho y determinar responsabilidades.

BUSCANDO RESPONSABLES

Mugmal y Caiza coincidieron en que sus parejas trabajaban cerca de un mes en esa obra y que durante ese tiempo no hubo incidentes. El problema no habría sido con el muro que las cuatro víctimas estaban construyendo, sino con la pared de la casa de al lado.

Así lo ratificó Yolanda Jaime, residente del sector, quien contó que una vecina que vive en ese lugar les pidió la maquinaria pesada a los constructores para desbancar la tierra que hay detrás de su vivienda. “Le dije que no lo hiciera porque va a desestabilizar el muro del vecino”, advirtió.

Y eso pasó. Luego de que removieran parte del terreno, las bases de la pared se desestabilizaron y esta se cayó llevando consigo la pared que estaban construyendo los trabajadores.

Esteban Cárdenas, comandante del Cuerpo de Bomberos, explicó que aparte de dicho desbanque antitécnico se evidenció filtración de agua que habría desestabilizado más el terreno.

SE QUEDARON SIN CASA

Yolanda miraba con nostalgia las ruinas que dejaron el derrumbe. La principal vivienda que resultó afectada luego de la caída del muro fue la de su hija. El patio ya no existe. Ahora solo se ven los restos colgados de una lavadora que había allí.

Su hija todavía está buscando un lugar donde quedarse. Mientras tanto, dormirá en la vivienda de una de sus tías. La casa de otra hija de Yolanda también resultó afectada, pero tuvo más suerte. Funcionarios de la Dirección de Gestión de Riesgos del Municipio analizaron los predios y determinaron que no existe riesgo de un colapso estructural.

Sin embargo, los miembros de otra familia que vivían en una propiedad cercana al accidente fueron evacuados y por el momento descansan donde un vecino del sector.

César Díaz, secretario general de Seguridad y Gobernabilidad, indicó que están en la capacidad de activar de forma inmediata el fondo de emergencia o el fondo de ayuda humanitaria, si se determina que es necesario.

Pero hasta el mediodía de ayer, Yolanda dijo que ninguna autoridad se les había acercado para buscar una solución. “Me dijeron que hable con el administrador zonal de La Delicia para conseguir un abogado y que me ayude con el aspecto legal”.

QUERÍAN SALVARLOS CON SUS MANOS

Los moradores del sector contaron que las víctimas todavía estaban con vida antes de que llegaran los bomberos y la Policía.

Según los testigos, después del derrumbe se escuchaban gritos desde el interior de los escombros. “Pedían ayuda y se quejaban del dolor”, dijo una vecina. En ese momento, los habitantes del lugar fueron con palas para intentar sacarlos, pero las estructuras de piedra y hierro no les permitían acceder.

Incluso hubo algunos que, desesperados, removían la tierra con sus manos para poder liberar a los trabajadores sin un resultado positivo.

Los equipos de emergencia tuvieron que utilizar canes rescatistas y cámaras térmicas para lograr ubicar a las víctimas y poder extraerlas.