El padre Stalin Freire se ha recuperado de los golpes que sufrió cuando asaltaron la iglesia de Calderón, norte de Quito.

Pero eso no es todo, la noche del miércoles, los cuatro pillos que sometieron al religioso hallaron el sitio donde estaban las limosnas. Se llevaron 4.500 dólares.

“Ese dinero lo iba a depositar para pagar los sueldos de las personas que nos ayudan en la parroquia. Son cinco”, contó a EXTRA el padre Marlon Palacios, el párroco de Calderón.

Aparentemente todo estaba planeado minuciosamente, pues un día antes, los cuatro perros de la iglesia fueron envenenados. Todos murieron, según Palacios.

También se escuchaba en las noches que las alarmas se encendían “de la nada”.

No hay respeto

La noticia del robo indignó a los feligreses de esa parroquia. Carmelina Ayala va al templo casi todos los días y esta vez rezó por la mejoría del padre, además para que los culpables sean detenidos.

“Antes respetaban la casa de Dios, ahora no se puede estar seguro en ningún lado”, comentó la adulta mayor.

Pero la inseguridad ya se venía evidenciando desde hace algunos años. Carlos Chandi, un vecino, comentó que en las calles de la zona es mejor ir con cuidado porque han aumentado los asaltos. “Esto necesita de mano dura. Luego lamentaremos sicariatos”, agregó.

El padre Palacios colocó cámaras alrededor de la iglesia para colaborar con los vecinos. “Pusimos en un callejón porque hay muchos asaltos, pero nuestros equipos no son de última tecnología”, espetó el cura.

No hay detenidos

EXTRA se acercó al Distrito de Policía de Calderón para conocer sobre el avance de las investigaciones, pero dijeron que el vocero no se encontraba.

Palacios contó que no se ha podido identificar a los malhechores por la calidad de la imagen de las cámaras, que ya han sido revisadas por los uniformados.

Además del dinero en efectivo se llevaron tres computadoras portátiles y dos celulares.