Un altar de la Santa Muerte, junto a una cajonera en la que guardaban preservativos y pastillas éxtasis, formaba parte de la “decoración” de un chongo clandestino que funcionaba bajo la fachada de una sala de billar. En ese sitio, las encargadas de ofrecer los servicios sexuales eran menores de edad. 

Durante meses, el sector La Zoilita, en la vía Milagro - Mariscal Sucre, fue el centro de diversión para adultos que llegaban desde diferentes partes. Ahí, las chicas eran obligadas a prostituirse y eran maltratadas física y psicológicamente, según las investigaciones policiales

La tarde del lunes, personal de la Unidad Nacional de Investigación contra la Integridad Sexual (Uncis) allanó el inmueble que fue identificado por su cerramiento de concreto y techo de zinc.

Al momento de la incursión encontraron a dos chicas de 16 años, una de ellas con un bebé de dos años en sus brazos. Ambas presentaban huellas de maltrato. Una de ellas confesó que fue obligada a mantener relaciones sexuales con desconocidos a cambio de dinero.

Pero eso no es todo, tras ofrecerles una vida de un ‘cuento de hadas’ a través de redes sociales, las niñas eran sacadas del país y llevadas hasta Perú. Ahí, con documentación adulterada, las hacían pasar como mayores de edad para prostituirlas.

En el vecino país las tenían por varios meses, hasta que las regresaban a Ecuador para ofrecerlas en chongos de Guayaquil y otras ciudades más. En Milagro, su centro de operaciones era en La Zoilita. 

Una de las chicas rescatadas es de Naranjito y le contó a los agentes que Jorge Fernando Méndez Morán, alias El Maestro, era el encargado de ‘cuentearlas’ por redes sociales. Junto a él, la Policía aisló a otro adolescente que lo acompañaba.

La otra chica es madre de un bebé de dos años y no cuenta con familiares cercanos. El sargento Danny Villegas, de la Uncis, informó que la Fiscalía ha extendido las investigaciones para ubicar a otras menores de edad que también serían víctimas de los procesados.