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¡Suplicio por una tumba!

Personas que no cuentan con recursos buscan espacios gratuitos en tierra, pero deben pagar para que le hagan el hueco donde dejar a su ser querido

cementerio
En los campos santos de las parroquias existen nichos disponibles, no espacios en tierra.Yadira Illescas

Conseguir un maquinista o personas que hagan un hueco en el único cementerio municipal que aún tiene espacio disponible en tierra y gratis, se ha convertido en una odisea para quienes no tienen recursos económicos y buscan enterrar a sus muertos en Ambato, Tungurahua.

La Municipalidad administra tres cementerios: La Merced, que está en el centro; otro en Atocha y el cementerio de Techo Propio, situado al occidente. Los dos primeros están copados mucho antes de la pandemia y solo existen nichos familiares; mientras que en el tercero, los últimos sepulcros se agotaron con la escalada de muertos durante la emergencia sanitaria.

“Antes se hacía una fosa hasta en 30 dólares, ahora algunos maquinistas cobran hasta 200 dólares, pero ni por eso van porque temen contagiarse”, dijo Ángel Angahuana, quien durante 14 años trabaja con una retroexcavadora. Él dice que no va así le paguen los 200 dólares. “Ya un maquinista se enfermó y murió, no vamos por miedo a contagiarnos”, expresó.

“El problema en el cementerio municipal es que la tierra es cangahua, muy dura para penetrarla con palas, por eso los familiares no pueden cavar a mano”, expresó José Quispe, presidente de la Asociación de Funerarias en Tungurahua.

OTROS SITIOS

Desde mayo las cifras de fallecidos se duplicaron, en comparación con los primeros meses del año. En mayo hubo 381 muertes, en junio 518 y en julio 567 decesos, según el Registro Civil.

En la ciudad existen otros cementerios administrados por la Curia, pero tienen sepulcros, no espacio en tierra y el precio oscila entre 400 y 800 dólares.

Juan Carlos Acosta, diácono de la Diócesis de Ambato, informó que en la ciudad existen 20 camposantos administrados por la Curia y que desde el inicio de la emergencia sanitaria hay más ventas de espacios.

El párroco Édison Paredes, de la parroquia Izamba, dijo que el costo de cada nicho está en 400 dólares en la parroquia y sí tienen espacios disponibles porque han construido nuevos.

Margarita Ortiz perdió a su padre a causa de la COVID-19 y en dos días tuvo que conseguir 5 mil dólares para cancelar los gastos de la clínica privada y después para sepultarlo.

“No pude conseguir una maquinaria para que acuda al cementerio a abrir la fosa. Presté a un chulquero para pagar más de mil dólares, entre la bóveda y la caja”, manifestó.

El administrador de los cementerios municipales, Andrés Espín, mencionó que solo pueden brindar la dirección técnica, porque el personal de Obras Públicas está contagiado.

El espacio en el cementerio es gratis, pero la persona que necesite debe llevar el contrato de operación de la máquina.

El presidente de las funerarias agregó que han expuesto el problema al Comité de Operaciones Emergentes (COE) provincial y hasta el momento no tienen respuestas sobre las alternativas para quienes no tienen para comprar una bóveda. (YIE)