“La mafia, solo queremos hablar, dialogar. Si nos hacen gastar balas, será peor. Colabore”, reza en el mensaje escrito en un papel que el pasado martes dejaron junto a la puerta de una farmacia ubicada en la manzana 940, del bloque 11 de Bastión Popular, en el noroeste de Guayaquil.

Cuatro días después, los extorsionadores, presuntos miembros de una organización criminal que opera en ese sector, cumplieron la advertencia. La mañana del viernes, un hombre se acercó hasta el establecimiento, sacó un arma de fuego y arremetió a tiros en contra del local. Utilizó un arma calibre 9 milímetros. Desde ese día la droguería está cerrada.

“Afortunadamente, la farmacia tiene vidrios blindados. El dueño y la joven que atienden se salvaron de los disparos porque se tiraron al piso, ya le habían advertido que de no pagar le iban a disparar, el dueño no hizo caso, se confió. Pero este no es el único propietario de negocio que está siendo amenazado por extorsionadores”, aseguró una moradora.

La señora contó que algunos dueños de locales de este sector han recibido amenazas de muerte en caso de no cancelar la cuota (vacuna) que les exigen para no atentar contra su vida o la de sus familiares.

“Hace una semana le dispararon al dueño de la tienda de la esquina. A los comerciantes les piden 200 dólares mensuales, a veces hasta más. No es posible que esté ocurriendo esto y las autoridades no hagan nada”, lamentó la vecina del afectado.

Otra habitante contó que hace un mes su papá fue despedido de su trabajo y que con el dinero que recibió por liquidación montó una tienda, la cual funciona en el portal de su inmueble; sin embargo, por lo ocurrido con su vecino, han considerado que la mejor opción sería cerrar, para evitar ser víctimas de extorsión. (AEB)