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¿Trabajar o cuidar a los niños? Una decisión que afecta más a la mujeres

Este dilema influye en la presencia minoritaria de la mujer en el mercado laboral, sumado a la estructura familiar tradicional donde los padres son considerados proveedores y las madres cuidadoras.

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Este dilema influye en la presencia minoritaria de la mujer en el mercado laboral, sumado a la estructura familiar tradicional donde los padres son considerados proveedores y las madres cuidadoras.Tomada del sitio web del BID

En el momento que una mujer decide procrear y formar una familia, entra en una etapa donde debe decidir entre el aspecto profesional y personal, o despojarse de estos y concentrarse en darle los cuidados integrales en sus primeros años de vida a sus hijos/as.

Este dilema influye en la presencia minoritaria de la mujer en el mercado laboral, sumado a la estructura familiar tradicional donde los padres son considerados proveedores y las madres cuidadoras.

El rol ‘tradicionalista’ de la mujer en el hogar podría ser la causa de que muchas mujeres prefieran empleos informales para incluso atender, simultáneamente, las tareas del hogar y el cuidado de los niños pequeños.

Otra de las consecuencias son que las mujeres terminan interrumpiendo su carrera profesional definitivamente para dedicarse a sus niños, ocasionando que sus ganancias y su crecimiento se vean limitados.

En ese momento es cuando las guarderías surgen como una alternativa para sobrellevar la vida familiar y profesional de las mujeres. Sin embargo, su costo puede ser demasiado elevado, limitando el acceso a este servicio y convirtiéndolo en un ‘lujo’.

En ciertos casos, son pocas las mujeres que pueden costear un servicio de guardería o salas cuna para sus bebés recién nacidos.

Un reporte del BID analizó una serie de estrategias que se pueden implementar para habilitar oportunidades para que más mujeres puedan trabajar, entre ellas los centros de cuidado infantil.

Los centros de cuidado, claves en la participación laboral femenina

De acuerdo al documento del organismo, en las últimas décadas, los gobiernos de América Latina y el Caribe, entre esos Ecuador, han expandido la cobertura de los servicios de cuidado infantil (guarderías).

En nuestro país, este tipo de programas, han tenido buenos resultados en promover la participación laboral de mujeres según el BID; aumentó un 22 % el número de madres que trabajan.

Sin embargo, esto, en ciertos casos, no es garantía de que la atención sea la necesaria para que los centros brinden experiencias de calidad en el proceso de formación de los infantes de entre los 0 y 5 años.

Según los expertos del BID, existen seis elementos para garantizar que un centro de desarrollo infantil sea de alta calidad. A continuación chequea si el jardín en el que se encuentra tu hijo/a cumple con estos:

El informe detalla que el servicio de cuidado infantil público es el tipo predominante de servicio formal al que concurren niñas y niños de 0 a 5 años en todos los países e América Latina, con al menos un 60 % de uso.

En el caso de Ecuador, más del 60 % menores asisten a centros de cuidado públicos, ubicándolo como primera opción, mientras que los privados y las ONG son los que le siguen en segundo y tercer lugar respectivamente.

El reporte concluye en que es posible ofrecer mayores oportunidades a las madres que quieren trabajar y a su vez ofrecer una atención adecuada a sus hijos.

La recomendación del BID es que los gobiernos pueden apoyar en este objetivo expandiendo la oferta de servicios de cuidado infantil, pero enfocándose en que sean de alta calidad y accesibles a la población más vulnerable económicamente, al ser la que más se beneficia de estos programas.

El trabajo no remunerado en el hogar

Según datos de ONU Mujeres, actividades como limpiar y cocinar o cuidar de niñas/os, son parte de la carga desproporcionada de trabajo no remunerado que las mujeres asumen una en todo el mundo.

Además el organismo señala que las mujeres desarrollan al menos 2,5 veces más trabajo de hogar y de cuidados no pagados que el sexo masculino.

La situación de Ecuador no es la mejor tampoco. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en su informe ‘Cuentas Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares 2011 - 2013’ el tiempo anual del trabajo no remunerado es encabezado por las mujeres.

Ellas laboran un total de 9.709.535 horas lo que representa un 78,34 % en distintas actividades. Las de mayor ocupación son las actividades culinarias (4.278.958 horas), seguido por el cuidado de ropa y confección (1.370.247 horas) y el cuidado de niños y niñas (1.304.075 horas).

Otro reporte de indicadores laborales del INEC, con datos hasta septiembre de 2018, detallaba que las ganancias de las mujeres continúan en desventaja en relación al sexo masculino; el promedio de ganancia de un hombre con empleo es $ 398,4, mientras que para una mujer en la misma condición es de $ 318,2.

Además fueron las mujeres, según datos del 2013, quienes más aportaron al PIB por Trabajo no Remunerado con un porcentaje total del 11,08 %, frente al 3,33% de los hombres.

En busca de la igualdad laboral

En el plano legal, la Ley de Promoción y Fomento del Principio de Igualdad, busca equiparar las oportunidades para ambos géneros en puestos de dirección y en categorías de profesionales.

La normativa plantea la aplicación de distintivos como “marca certificación”, la cual permita una clasificación profesional para valorar equitativamente los trabajos desempeñados por mujeres y hombres.

La Comisión de los Trabajadores de la Asamblea Nacional se encuentra debatiendo el documento actualmente.