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Buena Vida

¿Puedo ser amiga de mis hijos?

No confundas los roles. Debes marcar el estatus de autoridad. El niño necesita saber que siempre vas a estar ahí para cuando él te necesite.

madre e hija
Debes establecer una buena relación con ellos, solo se requiere de algunas actitudes y decisiones que te brindarán buenos resultados.Archivo

La relación entre padres e hijos parece haber dado un giro radical al pasar del autoritarismo a una relación más cercana e informal. Pero es en este punto que hay que tener cuidado, pues se corre el riesgo de ser muy permisivos y los límites se podrían salir de las manos.

La psicóloga clínica Cassandra Hidalgo sugiere que no se debe ser amigo de los hijos. “No temas imponer límites cuando la conducta negativa de tus hijos lo requiera, aunque ‘la amistad’ se quebrante. No vas a perder su amor por eso. Los niños necesitan orden en sus vidas y para ello nos tienen a nosotros. Parece que en la sociedad actual se ha perdido un poco este concepto y hay que recuperarlo”, dice la profesional.

Por lo tanto, sigue cumpliendo con tu papel de mamá. Debes remarcar el rol jerárquico. Eres su guía. Desde la infancia escúchalos siempre que puedas, dedícales tiempo. Pregúntales cómo se sienten y aunque no te cuenten todo lo que les pasa, sabrán que estarás ahí como un apoyo.

Ventaja

​- Cada uno aporta aspectos importantes que ayudan a estrechar la relación.

Desventaja

- Resta autoridad. Para establecer una amistad, es necesario que las dos personas se encuentren en condición de igualdad, algo que no puede existir en una relación entre padres e hijos.

- Se pierde el rol. Puede ser que tu hija se ilusione con su primer novio, o en el caso de los hombres que tengan su primera borrachera; en ninguno de esos escenarios se te ocurriría aconsejar a tus ‘amigos’; debes corregir, tu labor principal como mamá o papá. Cuando tienes una amistad con tus hijos, no puedes establecer límites ni ser responsable para guiarlos en su camino hacia la edad adulta.

La experta

“El problema radica cuando nos enfocamos en ser solo amigos y dejamos a un lado el rol de padres. Un amigo, la mayoría de las veces, es cómplice de aventuras, pero también de ciertas acciones que los padres no aprobarían ni aceptarían.

Mamá y papá tienen que marcar los límites para no ser demasiado condescendientes, sin llegar a ser muy estrictos, y esto se logra desde pequeños cuando se les enseña una buena educación, que permitirá una relación estable entre padres e hijos, basada en el respeto, la confianza y el cariño”. Cassandra Hidalgo, psicóloga clínica con más de 10 años de experiencia

Las claves

1. Tu hijo no tiene la capacidad emocional para gestionar tus problemas. Por ejemplo, no puedes contarle lo mal que estás con su papá.

2. Es importante crear una relación de confianza. No juzgues a tu hijo. Permítele que te hable de todo.