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Buena Vida

Conecta a tu hijo con la bañera

Prueba esta rutina y date la oportunidad de crear más lazos de unión con el niño.

bebe en agua
Es un buen momento para disfrutar con tu bebé.Shutterstock

La conexión entre las madres y sus bebés a la hora del baño es muy importante. Este momento se puede convertir en una experiencia mágica y relajante. La clave: reservar un poco más de tu tiempo para esta actividad.

¿Bañarlo en la tarde o en la noche? Eso depende de ti. La estimuladora de niños María Mera, especializada en España, sugiere escoger un horario en el que no estés de apuro, pues ese momento debe ser único. 

“Algunos padres prefieren bañarlos por la mañana, cuando están despiertos. Otros lo hacen de noche para que se calmen, como un ritual para ir a dormir. Si bañas a tu bebé después de darle de comer, espera un poco hasta que haga la digestión”, recomienda la profesional.

Si tu hijo es recién nacido, no es necesario que lo bañes todos los días. Tres veces a la semana puede ser suficiente, hasta que tenga más estabilidad en su cuerpo.

Por si no lo sabías, bañarlo constantemente puede secarle la piel. Límpialo con pañitos húmedos en la cara, en el cuello y en el área del pañal.

  • Toma nota
Prepara el ambiente. Debe ser una habitación cálida y sin corrientes. Y sería perfecto si añades luces tenues y música suave. Piensa en cómo sería el entorno perfecto para ti misma, y aplícalo también para tu bebé. Dale un ambiente que invite ala tranquilidad, le ayudará a irse relajando poco a poco.

Elige los productos adecuados. Hay que seleccionar muy bien los productos de higiene para recién nacidos y para bebés, pues su piel es muy delicada. Por lo general los pediatras recomiendan jabones neutros. .

Los juguetes. En material de goma hay una gran variedad. Libros, apilables, juegos de pesca, molinos de agua... Recuerda que cada cierto tiempo debes desinfectarlos.

Prepara la temperatura del agua. Tienes que probar con distintas temperaturas, ya que a algunos les gusta el agua más caliente, mientras que otros la prefieren más fresquita. Los llantos podrían darte una pauta de que no les gusta el baño, pues por lo general ese es el motivo.

Háblale mientras lo duchas.
Cuéntale cómo ha sido tu día, dile que lo extrañaste, pregúntale cómo se ha sentido, incluso cuando aún no sepa hablar. Recuerda que tu voz es lo que más escuchaba cuando estaba en tu vientre, así que hablarle es un buen modo de relajarlo.