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Cuentos que cuidan de los niños

“Tu cuerpo es tu tesoro” y “¿De qué color son tus secretos?” son dos relatos infantiles que ayudan a padres y tutores a identificar y evitar el abuso sexual a los niños.

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“Tu cuerpo es tu tesoro” y “¿De qué color son tus secretos?” son dos relatos infantiles que ayudan a padres y tutores a identificar y evitar el abuso sexual a los niños.Pixabay

Los cuentos infantiles ayudan a desarrollar la creatividad, imaginación, percepción y sensibilidad de los niños, así como su destreza verbal, gusto por la lectura y capacidad de comprender y comunicarse. Pero existen otros que también pueden servirles de ayuda ante posibles abusos sexuales a edades tempranas.

“Clara y su sombra”, de la psicóloga Elisenda Pascual; “¡Estela, grita muy fuerte!”, de la traductora y profesora de idiomas Bel Olid; “Kiko y la mano”, de la campaña preventiva europea; ‘La Regla de Kiko’ y “Ojos verdes”, de las psicólogas Sara Arteaga y Luisa Fernanda Yágüez, son algunos ejemplos de cuentos que ayudan a prevenir el abuso sexual infantil (ASI).

A esta lista acaban de sumarse los títulos: “Tu cuerpo es tu tesoro” y “¿De qué color son tus secretos?”, de Margarita García Marqués, psicóloga por la Universidad de Salamanca (España), psicoterapeuta y experta en abusos sexuales infantiles, que “aportan información y recursos, tanto a los menores como a los adultos, para detectar, evitar y frenar el ASI”, según indica.

García Marqués es fundadora de la Asociación para la Sanación y la Prevención del Abuso Sexual Infantil (AspaSi) y autora de “Señales de alerta del maltrato infantil” en la Guía Práctica del Buen Trato al Niño, así como colaboradora en el informe de Save the Children, “La justicia española frente al abuso sexual infantil en el entorno familiar”.

La osita que enseña a protegerse

“Estos cuentos tienen el objetivo de enseñar a los niños a que conozcan sus partes íntimas, a protegerse de los abusos, a poner límites si alguien los toca de forma sexualizada, a pedir ayuda si sucede algo inadecuado, a que distingan conductas abusivas de los adultos y a que expresen con naturalidad si alguien intenta propasarse con ellos”, explica la autora a Efe.

Los libros también incluyen orientaciones y consejos dirigidos a los padres para que puedan detectar y prevenir el abuso hacia sus hijos en situaciones cotidianas, y también para que sepan cómo actuar si tienen indicios o una considerable certeza de que el ASI ya se ha producido.

“En el cuento “Tu cuerpo es tu tesoro”, editado para edades de entre 3 y 8 años e ilustrado por Nuria Diez Crespo, la osita Aspasi enseña a Andrea y Andrés que su cuerpo es un tesoro sobre el que pueden decidir, pudiendo decir NO a besos, abrazos y cosquillas, cuando no los quieren recibir”, señala a Efe la experta psicóloga.

“La osita enseña a los niños cuál son sus partes íntimas y les explica que ningún adulto puede jugar con ellas. También les da consejos y les anima a hablar con los mayores de confianza si alguna vez alguien pretende abrir su “tesoro” sin permiso”, apunta.

“En “Tu cuerpo es tu tesoro” se enseñan a los niños cuatro reglas clave para proteger su cuerpo, y se abordan todas estas cuestiones de manera que los niños no se asusten, tratando de normalizar las cosas para que vivan la sexualidad de forma sana, sin vergüenza ni culpa”, destaca Eloína Prado Llera, editora del libro.

“El abuso es un delito penado con cárcel, pero el cuento no se centra en ese aspecto, ya que si los niños lo ven tan malo, teniendo en cuenta que el 87 % de los ASI ocurren en el ámbito familiar, y suele cometerlos una persona a quien quieren, la mayoría no lo contará y lo mantendrá en secreto, porque no quiere que encarcelen al abusador”, indica García Marqués.

“Por este motivo en el cuento se presenta al abusador como alguien que no sabe comportarse adecuadamente y hay que enseñarle, poniéndole límites y pidiendo ayuda a los padres u otros adultos de confianza”, enfatiza la autora.

Secretos de distintos tipos, formas y colores

“En el cuento “¿De qué color son tus secretos?”, para niños/as de 3 a 10 años e ilustrado por María Jesús Santos, la protagonista es Alma, una niña que tiene una osita de peluche llamada Aspasi, y explica a los pequeños cómo les hace sentir cada secreto, qué pueden hacer con ellos y con quién han de compartirlos”, señala García Marqués.

“En este libro Alma enseña que los secretos pueden ser de distintos tipos, formas y colores, y que se pueden distinguir unos de otros por las sensaciones más o menos buenas o malas que nos provoca el hecho de mantenerlos”, matiza la psicóloga.

“También enseñamos a los pequeños a expresarse y comunicar lo que les preocupa, procurando así reducir los abusos de todo tipo”, añade.

“La mayoría de los abusadores utilizan el secreto para conseguir que los niños guarden silencio, y este cuento está creado para que los pequeños compartan los secretos que les hacen sentir mal y ofrecerles un espacio de confianza donde poder expresarlos”, añade García Marqués.

“¿De qué color son tus secretos?” busca fomentar el buen trato hacia la infancia, prevenir abusos y promover la expresión emocional infantil y, por ello, es importante que el menor se sienta acompañado en su lectura”, señala a Efe la psicóloga Mercedes Bermejo, que dirige la colección Senticuentos, a la que pertenece este libro (http://editorialsentir.com/) .

“Además de leer el cuento, el chiquillo puede responder las preguntas planteadas a lo largo de las páginas, reflexionar, compartir ideas y recuerdos con la compañía de un adulto, dibujar en las hojas del final, colocar pegatinas y buscar a la osita Aspasi por las páginas interiores”, puntualiza Bermejo.

Consultada por Efe sobre la idoneidad de tratar el tema del ASI desde edades tan tempranas, García Marqués indica: “hay que informar a los niños porque algunos son abusados con tres años o menos y, si conocen el tema, es más fácil que los podamos proteger”.

La fundadora de AspaSi asegura que una parte considerable de los pacientes que trata por abusos tienen menos de cinco años, “además, generalmente, los abusadores eligen a niños/as de corta edad porque piensan que nadie va a creerles o, posiblemente, no van a hablar de lo que le está sucediendo”, concluye.