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Crónica

Los ‘ingenieros’ de la solidaridad

Estudiantes de tercero de bachillerato de un plantel de Quito arreglan computadoras y las donan a alumnos de escasos recursos. También buscan financiar los servicios de internet.

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Los ‘guambras’ van con todas las medidas de bioseguridad y cada elemento del computador es previamente desinfectado.Cortesía colegio militar eloy alfaro

Víctor Ulcuango, Carlos Correa, Jaihr Lagos y Henry Simbaña son unos ‘guambras’ de 17 años, compañeros del Club de Robótica del Colegio Militar Eloy Alfaro, quienes en el confinamiento de marzo pudieron estar plácidamente en sus casas armando y desarmando piezas de legos, haciendo funcionar algún prototipo, entre otras actividades. Sin embargo, los cadetes fueron inquietados por la nueva normalidad académica: estudiar online. Y enseguida coincidieron con una interrogante… ¿qué pasará con aquellos que no cuentan con equipo?

“La brecha de la desigualdad que hay en la educación no es para criticarla, sino para trabajar sobre ella y equilibrar las oportunidades. Por eso conversamos entre nosotros, pensamos varias formas de ayudar y nos dimos cuenta que con nuestro conocimiento podíamos hacerlo. Por eso lo propusimos al colegio”, señala Ulcuango, líder del proyecto denominado ‘Wambra Science’ (Jóvenes Científicos).

El cuarteto participaba en concursos nacionales e internacionales de robótica, pero suspendió sus actividades para dedicarse 100% a esta iniciativa, que cuenta con el respaldo de su plantel y su rector, el coronel Freddy Vásquez.

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El proyecto hasta el momento ha beneficiado a más de 50 estudiantes (de primaria y secundaria) y cuenta con dos fases. La primera es conseguir los equipos por medio de sus redes sociales (en su cuenta @wambrascience en Instagram o Wambra Science en Facebook), reparar su software y hardware con la ayuda de su docente de robótica, Ing. Henry Orozco y dejarlos en óptimas condiciones para la entrega, la misma que se realiza en coordinación con líderes barriales e instituciones educativas fiscales de los sectores periféricos de la ciudad de Quito.

Pero ellos no solo cumplen el papel de ‘ingenieros’, también ejercen el rol de ‘trabajadores sociales’, pues ellos mismos se cercioran de que las herramientas tecnológicas lleguen a los alumnos que realmente las requieran.

La segunda etapa es el apadrinamiento de internet, pues se percataron que de nada sirve tener un equipo si este no cuenta con este servicio. Y para ello darán variados cursos (de música, química, matemática, primeros auxilios, veterinaria, entre otros), los cuales serán dictados por docentes voluntarios nacionales e internacionales. Sus costos serán $20 y el dinero recaudado será destinado para dotar de internet a las computadoras de escritorio y portátiles que donen.

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Ellos no olvidan las reacciones de los nuevos usuarios. “La primera entrega la hicimos en el sector de Atucucho y en la segunda nos contactamos con un colegio fiscal de Calderón, los psicólogos nos vincularon a casos vulnerables e impresiona ver las lágrimas en las personas que reciben este tipo de ayuda. Aunque apoyarles en estas situaciones no es un favor, sino un deber”, manifiesta Ulcuango, quien indica que los beneficiarios eran buenos estudiantes, pertenecían al grupo de alto rendimiento de las instituciones de escasos recursos. “Varios de los favorecidos nos han dicho que cuando terminen su carrera universitaria devolverán el favor que recibieron”, sostiene.

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Los 'ingenieros' también dan un breve curso operativo, para que sus nuevos usuarios sepan cómo utilizar el equipo.Cortesía colegio militar eloy alfaro

El líder del proyecto quiere que ‘Wambra Science’ se convierta en una fundación que apoye a la educación y que su campo de acción sea a nivel nacional. Es más aspira a dar cursos de robótica e idiomas en zonas vulnerables de la capital. Lo que ellos buscan es ‘apagar’ la desigualdad en el ámbito educativo y compartir sus conocimientos.

Los chicos para presentar su proyecto lo sustentaron con una investigación basada en datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC): el 51% de los hogares ecuatorianos no tienen una computadora y el 63% no tienen acceso a Internet.