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Descubrieron la inmunidad innata que bloquea a la COVID-19

El reciente estudio publicado en la revista Nature develaría la razón de este 'escudo protector' que genera una probabilidad por la cual una persona sería prácticamente imposible que tuviese efectos adversos ante el covid-19. Científicos locales explican este descubrimiento.

La inmunidad innata puede ser la clave para encontrar la cura para el coronavirus.
La inmunidad innata puede ser la clave para encontrar la cura para el coronavirus.Cortesía

La infección por SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el covid-19, afecta de manera diferente a las personas. Hay quienes necesitan cuidados intensivos e, incluso, aquellos cuyo sistema inmunológico no puede combatir el virus, fallecen. Más de 397 millones de personas se han infectado y más de 5,75 millones de personas han muerto en todo el mundo, desde que estalló este virus pandémico en diciembre de 2019. 

Por otro lado, hay personas que ni saben y pasan la enfermedad sin síntomas. Y hay quienes no se contagian, a pesar de haber convivido o haber estado en estrecho contacto con una persona que ha dado positivo.

¿Te has sentado a comer en un espacio con alguien que se contagió sin saberlo y tú no te has contagiado ni tienes síntomas? ¿Has vivido con una persona con covid-19 y nunca te has contagiado? ¿Diste negativo a las pruebas de PCR y pruebas serológicas (anticuerpos)? Así que puedes ser una de esas personas naturalmente 'superresistentes' al terrible mal de Wuhan.

Y es que la inmunidad innata, la primera línea de defensa que desempeña un papel clave en la resistencia a los patógenos, ejerce su papel contra el Sars-CoV-2 y sus variantes, incluida la  ómicron. Este es el descubrimiento publicado en Nature Immunology por Matteo Stravalaci, quien dice que la inmunidad innata soluciona el 90% de los problemas causados por el contacto con bacterias y virus. Precede y acompaña a la inmunidad adaptativa, la línea de defensa más específica, de anticuerpos y células T, que puede potenciarse con vacunas. 

Para los científicos del estudio, la inmunidad innata reside en la conocida MBl (Mannose Binding Lectina). Esta es una propiedad del organismo que genera anticuerpos a través de proteínas naturales, provocando que un paciente esté protegido, incluso sin necesidad de vacunarse o haber tenido contacto con el SARS-CoV-2.

LO QUE OPINA LA CIENCIA LOCAL

Diego Guerra, científico y catedrático de la Universidad Católica de Guayaquil, comenta que no todas las personas somos iguales y esto se replica, no solo en el aspecto físico, sino también en el ámbito inmunológico. Esto, dice el experto, se da porque cada persona dentro de sí, si bien tiene moléculas muy parecidas entre ellas, pueden tener pequeñas diferencias que generen un cambio grande en el organismo.

"Puede ser que existan personas que tienen cierto tipo de receptores, en el caso del covid-19 es el AC, que tiene una mutación especifica. Al tener una mutación muy especifica, el coronavirus no puede entrar en nuestras células, replicarse y producir la enfermedad del SARS-CoV-2", explica.

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Guerra añade que lo que ocurre con las personas que son naturalmente resistentes es que el virus no puede entrar a la persona, por ende no se puede replicar y no genera la enfermedad. Entonces esa es  la diferencia entre una persona superresistente y una vacunada. "Los vacunados o los que ya se enfermaron previamente tiene los mecanismos para combatir el virus, mientras que la persona resistente no tiene el mecanismo para que el virus entre en él", aclara.

En palabras 'morochas', el experto asemeja a la inmunidad innata como a una cerradura un poco diferente, que cuando el virus quiere entrar no puede dar vuelta la llave y le es imposible ingresar.

Además, el profesor apunta a que sí existen antecedentes históricos con respecto a resistencias frente a enfermedades. Uno de los más comunes es la resistencia natural al VIH. "Hay un grupo de personas que tiene una modificación en el receptor celular CCR5. Los científicos se dieron cuenta de que algunas personas que no tenían ese receptor, como la mayoría, no se infectaban de VIH. ¿Qué significaba? Ellos podían estar en contacto con el virus pero nunca desarrollaban la enfermedad, y en base a ese grupo de personas se desarrolló un fármaco antirretroviral que se llama Maraviroc, que actualmente está siendo utilizado como esquema en múltiples personas", comenta.

La pregunta del millón es si este hallazgo científico puede replicarse en el COVID-19,  Jhommara Bautista, ingeniera biotecnóloga, menciona que es complicado de responder porque necesitamos en este momento identificar a muchas personas que tengan un receptor modificado y a la final que no hayan estado en contacto virus. 

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"Eso va a representar un reto bastante grande porque a estas alturas del partido una gran proporción del planeta ya ha estado en contacto con el virus, entonces va a ser difícil diferenciar entre una persona que no se enferma, que esta vacunada, o que ya le ha dado versus a una que es resistente al virus", sostiene Bautista.

Ambos científicos consultados por EXTRA no dan pie para una cura genética, pero las que definitivamente están avanzandas son las terapias basadas en anticuerpos monoclonares, sustancias o fármacos que bloquean directamente al receptor donde ingresaría el virus.

"Por ejemplo, digamos que el coronavirus se une al cuerpo humano gracias a los receptores AC, ahora se ha visto que cierto tipo de medicamentos pueden bloquear estos receptores de tal manera que el virus ya no pueda ingresar. Esto debido a la medicina proteómica y gemónica", indica Guerra, quien explica que esta medicina consiste en darle instrucciones a nuestro cuerpo para que desarrolle una determinada sustancia o proteína para bloquear al covid-19 o modificar el curso de cualquier otro tipo de enfermedad.

Ahora, lo que veremos en los próximos años, gracias a la innovaciones en la tecnología de ARN (ácido ribonucleico) mensajero son muy prometedoras. El hecho de poder darle órdenes directas a nuestro cuerpo para que produzca cierto tipo de sustancias. Proteínas puede ser la soluciones para enfermedades graves, no solo para el VIH, o influenza. Estamos en el vértice de un cambio completo para el desarrollo de la farmacología.