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¿Por qué Morales era Morales?

Carlos Luis en los 90 cambió la manera de ver el puesto de golero en Ecuador. Cuatro porteros de su época analizaron sus cualidades para triunfar.

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Carlos Luis Morales, hizo un nombre en el arco ecuatoriano.Archivo

A finales de los años 80 y en los 90, muchos de los niños y adolescentes en Ecuador que les gustaba el fútbol querían ser como Álex Aguinaga, quien era una estrella en México, también como Carlos Muñoz, una sensación en Barcelona; o el Matador Uquillas. Ellos se llevaban las portadas de los diarios y los reportajes en la radio y televisión.

Pero fue Carlos Luis Morales quien convirtió al arco en algo muy apetecido en el país, ya que los ‘pelados’ comenzaron a ver que debajo de esos tres postes también se podía ser figura y destacar.

¿Qué tenía Morales para ser Morales? Esto lo analizan arqueros de ese momento, quienes compartieron camerinos y fueron rivales o de los que les tocaba verlo triunfar.

Llegar a sobresalir y ser capitán en Barcelona es cosa seria; el carácter y estampa de Pestañita lo llevaron a ser como fue... un gran golero y para muchos el número 1.

Morales hizo que el arco en el Ecuador sea un puesto que muchos comenzaron a tomar en cuento en los años 90.

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Álex Cevallos fue compañero de Morales en Emelec 1997.Archivo

Álex Cevallos “Sabía volar y tenía buenos reflejos”

Fueron compañeros en Emelec en 1997 y Álex Cevallos recuerda a Carlos Luis. “Hablar de Morales es hablar de un tipo que sabía lo que significaba ser arquero. Es decir, nació para evitar los goles que eran de los contrarios”, expresa el guardameta, quien estuvo en varios equipos del país y en la Selección Nacional.

“Hay que destacar su personalidad, tenía carácter en el arco. Era un gran volador, le iba a todas las jugadas y no le importaba si estas eran difíciles. Tenía muy buena ubicación, lo cual es primordial en los arqueros, porque siempre uno debe saber para dónde va la pelota”, explica Cevallos.

Para el exarquero azul, una de las características que más se destacó en Carlos Luis fueron los reflejos. “Mucha gente siempre dice: mira cómo le llegó el balón a las manos. Eso se llama reflejos, y Morales los tenía”.

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Carlos Morales, Gustaco Lyle y Víctor Mendoza una amistad que nació en el arco.Cortesía

Gustavo Lyle:“Sensación por su elasticidad e indumentaria”

Gustavo Lyle fue arquero de varios equipos de segunda categoría del Guayas en los años 90 y siempre estuvo cerca de Carlos Luis Morales en Barcelona y Emelec. De él, destaca su personalidad en el arco. “Tenía elasticidad y ese es el éxito en un golero”.

El guardameta se enfoca en cómo lo veían los demás arqueros que estaban saliendo. “La indumentaria que usaba era de primer nivel, revolucionó el arco del fútbol ecuatoriano. Lo conocí en el año 1985, su padre tenía un restaurante en Lorenzo de Garaycoa y 10 de Agosto, en Guayaquil”.

Sus palabras se entrecortan al recordarlo: “Iba a verlo entrenar a la cancha del Reed Park. Para uno que quería también ser golero le llenaba el alma que siempre Carlos Luis te recibiera con una sonrisa. Él me decía ‘mi sangre’ y en sus inicios usaba el número 22 en su buzo”.

En la cancha del Reed Park que estaba al frente del cementerio de General de Guayaquil, comenzó a entrenar Pestañita. 

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Helmut Moeller fue compañero de Morales en los años 90 en Barcelona.Cortesía

Helmut Moeller: “Era muy seguro en atajadas en el aire”

Helmut Moeller fue parte del Barcelona de los años 90 y era candidato a reemplazar a Carlos Luis Morales. El exarquero, ahora radicado en Inglaterra, compartió camerino y entrenamientos con Pestañita.

“Lo mejor de Carlos Luis Morales fue su confianza al atajar y que era muy seguro al atrapar el balón en el aire”, dice Moeller.

Destaca que era elegante al volar y vestir. “Fue uno de los porteros de aquella generación que resaltó el arco con distinguidas vestimentas de portero, le dio un toque especial a ese puesto que muchos no lo querían, porque todos deseaban ser goleadores”.

El exgolero amarillo va más allá y comenta: “Tenía muy buenos reflejos. Para mí era el mejor que vi en mi generación. Obviamente, hubo muchos buenos porteros”. Moeller conoció en los 80 a Morales en la famosa cancha del Reed Park, la cual estaba frente al Cementerio General de Guayaquil.

“Fui a probar suerte en el arco de Barcelona. Veíamos en Carlos Luis su actitud al actuar y el liderazgo que ejerció cuando tomó el arco del Ídolo. Sus deseos de mejorar día a día. Miramos también en él una figura en la cual no podíamos seguir sus pasos y superarlo, ya que era muy difícil que deje el arco, eso me obligaba a ser mejor que él”.

Moeller se siente tocado por el fallecimiento de Morales y recuerda que cuando clasificó al Mundial de Canadá 1987 le comentó a Pestañita que la única manera de ser mejor que él era superándolo.

“Crecí viendo al amigo y compañero de oficio y me quedo con eso. Carlos Luis siempre miraba al frente, buscaba vencer obstáculos, lograr desafíos, era un ganador por excelencia y eso me motivó siempre”, dice Moeller.

Con Pedro Mite en la selección de Guayas, Carlos Luis se quedaba practicando una hora, después que terminaba el entrenamiento. 

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Pedro Mite ex arquero del Emelec, estuvo con Carlos Luis Morales en la selección juvenil de Guayas.Archivo

Pedro Mite: “Nos quedábamos una hora en el Ramón Unamuno”

En 1981 Pedro Mite Franco y Carlos Luis compartían el arco de la selección juvenil de Guayas. Recuerda que con Pestañita se quedaba una hora después de terminar el entrenamiento con el DT Eduardo Macías, practicando en el arco, sobre todo en los achiques.

“Tenía un espíritu fuerte para salir adelante. Desde muy joven junto con Rolando Guerrero ‘nacionalizó’ el arco del equipo más grande y exigente del fútbol ecuatoriano como es Barcelona. Tenía una capacidad tan grande para aprender y una sencillez para preguntar todo lo referente al arco”, comenta Mite.

Sobre sus cualidades técnicas, dice que se engrandecía en las salidas y descolgadas de ataques rivales, algo que hasta en los 90 en los goleros nacionales no era su fuerte.

“Desde los juveniles dominaba el área e iba bien a los achiques contra grandes pateadores. Sabía cuidar los ángulos gracias a su buena ubicación y reflejos”, destaca Mite, quien fue golero del Emelec en los años 80.

Además, señala otras cosas que le servían de mucho a Carlos Luis. “Era carismático y tenía una personalidad con don de mando de mucha concentración, le gustaba arriesgar y si era necesario ir a los pies, pues iba. Siempre se destacó cuando iba al corte fuera del área, porque tenía buena lectura de jugadas. Para mí el mejor arquero ecuatoriano de todos los tiempos”.