Su talento para la música ha llevado a Adolfo Olivares, 'El ciclón de la salsa', a presentarse en diferentes países, pero debido a la pandemia su trabajo como cantante, ante la falta de conciertos y eventos, ha hecho que paralice sus actividades, cambiando los escenarios por un local de venta de bollos de albacora.

Aunque lo peor ya pasó, al lograr sobrevivir del Covid-19 que lo afectó junto a su esposa y mánager, Virginia, la pareja trata de hacerle frente a la situación económica, lo que el cantante dio a conocer en su cuenta de Instagram .

"Cambié el micrófono por el cucharón. Soy un artista que se encuentra sin posibilidades de poder desarrollar su talento de manera normal por la pandemia, pero también soy un hombre esposo y padre de familia que entiende que el mundo cambió y hay que reinventarse. Hoy estoy emprendiendo mi propio negocio junto a mi esposa, saliendo adelante, es duro y difícil más no imposible", posteó Olivares, quien además es dueño de 21 perros a los que debe cuidar y alimentar, ya que para él son sus hijos.

Destaca que, "en su restaurante exprés, se vende el delicioso y único bollo de albacora que ustedes disfrutarán hasta el final". En su carta ofrece además de sánduches de pollo, atún y lomo, a los que cataloga como "fuera de serie". También están las empanadas y tortillas de verde, muchines de queso, café pasado y muchas sorpresas más

"La vida continúa y hay que seguir adelante sin mirar atrás. A mí Dios todo le debo", señala el cantante de salsa, cuya esposa es quien prepara la comida, mientras él atiende el local 'La sazón 593' que puso en su hogar, al norte de Guayaquil, donde antes tenía una oficina.