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Érika Vélez: "Me satanizan por ser feminista"

Es muy sensible, pero trata de no demostrarlo ante la gente. Su hermetismo es exclusivo para los extraños y no le gusta para nada la ñañería

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Érika Vélez profesa la religión católica En sus viajes a Colombia acudía a la capilla del Divino Niño Jesús, para mantener su devoción.

N o está parada a la orilla  del radicalismo. Érika Vélez tiene una sola visión del feminismo: la igualdad de derechos en una sociedad injusta. Con ella no va eso de destruir o atentar contra algo o alguien para que escuchen su voz y hacerse respetar

“Piensan que ser feministas es malo. Señores, eso no es lo contrario al machismo, es la igualdad entre ambos sexos. Ser feminista no quiere decir que las mujeres no queramos a los hombres. Sé que existen chicas equivocadas, pero también hay católicos que lo están, pero no porque alguna persona haga algo malo en una marcha, todas somos malas”, menciona la actriz y presentadora de 38 años.

Y para evitar más desigualdad, discriminación y la violencia hacia las mujeres, las bases teóricas y el conocimiento son fundamentales para la reafirmación feminista por la igualdad y la emancipación, piensa la manabita. “Me satanizan por ser feminista y yo me siento orgullosa de serlo porque no tiene nada malo”, agrega.

Aunque abordar estos temas en redes sociales la ha colocado como un blanco para críticas, aclara que “esto se trata simplemente de igualdad, saber que si un hombre va a pedir trabajo y yo, como mujer, también voy por el mismo puesto laboral, ambos tenemos la capacidad de poder competir y ganar el mismo sueldo, que se vea que el hombre no está por encima de la mujer y que los dos son iguales”.

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Pero considera también que algunas asumen la lucha feminista de forma equivocada, cuando lo único que deberían de hacer es apoyarse las unas a las otras y no irse en contra de ellas mismas.

“Esto no lo hago por novelería, sino por una buena causa. Es ir empapándote poco a poco de temas que nutren, porque a medida que vas analizando de qué se trata, podrías no estar de acuerdo con alguna feminista y está bien, porque no a todo le vas a decir ‘amén’”, menciona.

Y está de acuerdo que la formación de la liberación de la mujer debe estar al alcance de las niñas, “para que sepan que ellos (hombres) no están por encima, incluso las típicas princesas de Disney ya no esperan a sus príncipes, sino que ellas ya luchan por salir de sus castillos”
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La actriz, de 38 años, no tiene una pareja sentimental, pero aún cree en el amor.Cortesía

“A quién le recen, no es mi problema”

Érika cuenta que desde niña le inculcaron bases religiosas en su hogar, a hacer novenas, orar y a doblar rodillas, pero que eso no la desacredita para opinar y construir una sociedad más equitativa.

“Soy católica, devota de santos y feminista, pero la gente piensa que eso es raro porque no saben. Hay feministas ateas, evangélicas, agnósticas y todo se vale, simplemente no confundamos las cosas”.

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Dice que su amor por el Divino Niño Jesús nació cuando vivía en Manta, en donde había una iglesia con el mismo nombre y a la cual asistía.

Por trabajo viajó a Bogotá, Colombia, donde observó que allá también son fieles a la imagen de la infancia de Jesucristo, por lo que acudía frecuentemente a su capilla, “cuando sentía que no podía cargar con algún problema o quería desahogarme, le pedía con fe lo que necesitaba y se me daba”.

“Tengo amigos de todas las religiones y son buenas personas, en ese sentido soy muy respetuosa con sus convicciones y ellos me respetan a mí. Mientras sean buenos y trabajadores, a quién le recen, no es mi problema”, explica.

Dice que su forma de ver la vida es similar a la de su mamá, quien también es muy religiosa y cree en la igualdad entre los seres humanos, pese a que fue criada en una sociedad machista, “con el pasar del tiempo ella se dio cuenta que todos pueden hacer lo que quieran, mientras no invadan su espacio”.

Para ella, el problema de las personas es que gastan mucho tiempo tratando de agradar a los demás y no se dan cuenta que la vida es corta.

Fama, polémicas y jubilación

Sus constante posteos en redes sociales la han puesto en la mira de sus seguidores, quienes cuestionan o celebran los comentarios sobre diversos temas.

Érika dice que su carrera no se basa en escándalos, pero las plataformas digitales son de doble filo, “ya que pones algo y la gente te ataca y cuando uno está sensible sí afecta, pero cuando no, trato de ignorar y me da igual”.

Agrega que quienes son parte de algún medio televisivo “somos inseguros y por eso solemos contestar a los cibernatutas, pero hay que saber qué pelea luchas y cuál no. Una buena desintoxicación de internet le hace bien a cualquiera. Todo en la vida pasa y las críticas seguirán hasta que se cree conciencia”.

Y sobre su futuro en el mundo artístico, Érika lo tiene claro, tanto que tiene planeado crear su propia línea de maquillaje.

“La televisión siempre es ingrata, aunque yo he tenido la bendición de que desde mis 17 años, cuando empecé en esto, no he parado. Laboré en Colombia, Perú y Argentina, pero sabemos que de la actuación no se puede vivir eternamente y ese nombre y platita que te estás haciendo y ganando en la actualidad, debes invertirlo para el futuro. Nosotros no tenemos jubilación o un seguro que nos aporte en la vejez y eso nos toca a nosotros mismos”.