Siente que ya es hora de tener aquel cuadro entre sus manos. María José, hija del cantante ecuatoriano Jesús Fichamba, quien cumplió un año de fallecido el pasado 26 de abril, pide a Pablo Salame que le entregue el cuadro que el pintor Oswaldo Guayasamín hizo de su papi.

La mujer asegura que no se trata del valor monetario que pueda tener la pieza de arte, sino del sentimental. La historia de cómo se llegó a realizar, ella la sabe de memoria, pues su padre se la contó. Incluso sabía que cinco meses antes de su muerte, él trató de recuperar el cuadro, pero se fue sin obtener una respuesta.

María José Fichamba narra a EXTRA que para la elaboración del retrato, el pintor se tardó casi un día entero. Jesús estuvo todo el día posando para él. “El cuadro lo entregaron dos días después, pero en ese tiempo Pablo (Salame) era quien manejaba su carrera y lo agarró, lo tenía en su estudio y le prometió que cuando mi hermano Jesús (hijo del artista) cumpliera 18, se lo iba a entregar”.

De aquella promesa han pasado 20 años y ahora aquel niño tiene 38, incluso radica en España, aunque el año pasado estuvo de visita en el país.

“Mi padre siempre fue un hombre de paz, no es porque sea mi papá, pero así fue toda su vida. Él enfermó por COVID, tenía tos, falleció y se fue sin su pintura. Quedamos sus hijos y pedimos que sea entregada. Ya es momento”, añade.

Ellos han tratado de comunicarse con Pablo para llegar a un acuerdo, pero no obtienen respuestas.

“Es un patrimonio familiar. No importa el valor monetario, sino el sentimental. Queremos tocar las puertas de los museos para que sea expuesta. Él tenía una voz privilegiada, se lo merece”, agrega.

NO LO PUEDE CREER

Este Diario se contactó con Salame y confirmó que él tiene la pieza, o bueno, uno de sus hijos, pues repartió todos los cuadros entre sus familiares.

Narra que es verdad que él se quedó con la pieza (en ese tiempo), pero fue porque la idea nació de él, ya que le pareció interesante que Guayasamín, siendo indígena, pinte a Fichamba.

“Yo quería la pintura para la portada del disco. Nos citamos con Oswaldo en un desayuno en Quito. Él fue sincero y me dijo que cobraba cerca de 20.000 dólares por pintar, pero por tratarse de una buena causa me lo dejó en 8.000 para cubrir el costo de los materiales (...) Lo único que me pidió es que el logo de la Fundación Guayasamín vaya al reverso del disco y acepté”, cuenta.

Para Salame eso no fue una donación, pues él fue el que cubrió dicho valor.

“Hablé con la asistente del hijo de Oswaldo Guayasamín (Pablo), me dijo que estaba de viaje y que en 10 días regresaba. Iré a Quito para hablar. Esto es ingrato por parte de ellos. Después de tanto tiempo, no tengo idea de por qué emitieron un certificado sin saber cómo se dieron las cosas”, añade.

Con respecto a la idea de María José de exponerlo en algún museo, Pablo indica que él no podría decidirlo, ya que la pieza ya no le pertenece.

“Gustavo Pacheco (músico) sabe cuál fue mi relación con Jesús y por eso no creo todo lo que se ha dado. Es tan absurdo lo que me piden, pero lo primero que debo hacer es hablar con Pablo”, finaliza. 

EL AMIGO

El músico Gustavo Pacheco indica que conoció que Pablo le solicitó a Guayasamín que pintara a Jesús, pero costaba demasiado, entonces acordaron en que solo cobraría el material. También los gastos en avión, hotel y comida en Quito.

“Sobre quién tiene el cuadro no lo sé y Jesús nunca me habló de eso, ya que Pablo era compadre de él y de su esposa, doña Shirley (en esa época). Además, Pablo los ayudaba de muchas maneras de lo cual Jesús siempre estuvo agradecido”.