“Salinas ya te eligió como su alcalde en la eternidad”, “tu legado nunca va morir”, “seguiremos con tu lucha de ser la voz de los humildes”, fueron las frases que se escucharon la mañana de este lunes 23 de enero en la despedida del candidato a la Alcaldía del cantón Salinas, Julio César Farachio.

El político fue asesinado a las 18:10 del sábado cuando se encontraba en una caminata proselitista en el barrio Centenario, sector céntrico de la parroquia José Luis Tamayo (Muey).

En el último adiós del jurisconsulto, decenas de simpatizantes, amigos y familiares se ubicaron en las afueras de una sala de velación del cantón La Libertad, en Santa Elena.

Agitando banderas y entonando cánticos, los seguidores de Farachio hicieron una calle de honor para el paso del ataúd. El candidato a la Junta Parroquial de Muey, Luis Tomalá, fue el encargado de despedir a su compañero de jornada política.

Los presentes no pudieron contener el llanto cuando el hijo mayor del fallecido, quien lleva su mismo nombre, levantó la fotografía de su progenitor y prometió seguir con sus enseñanzas. Después prendió un mechero y, llorando, repitió la frase característica de su padre: “La llama de la esperanza se mantiene encendida”.

En la ceremonia fúnebre también estuvieron presentes fiscales, jueces y colegas de profesión de Farachio. Todos lo recordaron como un jurisconsulto valiente que siempre le gustó defender casos complejos y sonados en la provincia de Santa Elena. “Fue un luchador del Derecho, de la escuela de los abogados que no se amilanaba ante nadie. Lo vamos a recordar siempre”, expresó su colega Atilio Alfonso.