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Los afectados apelan ahora a la voluntad del barrio y las autoridades para recobrarse del siniestro.Extra

Incendio calcina dos casas y a dos niños que dormían

Sucedió a las 22:300, mientras los padres de los menores salieron a comprar pañales.

Un incendio sume en el dolor a los padres de dos pequeños de cinco y dos años. Ambos murieron debido al fuego que arrasó la casa de madera y caña donde vivían, junto a la casa de un vecino que también se destruyó en la cooperativa Sergio Toral, noroeste de Guayaquil.

Para Rafael Orozco, un morador del sector, todo inició a las 22:30 cuando la voz de ¡Fuego! se escuchó, seguido de una explosión que aumentó la desgracia que rápidamente alcanzó a las dos construcciones.

Según Gloria Ostaiza, tía de uno de los menores fallecidos, los niños se quedaron solos porque sus padres salieron a comprar pañales a una farmacia cercana. En medio de la desesperiación varios vecinos lograron ingresar a una de las casas y rescatar a una menor de once años quien salió con quemaduras.

La señora Magdalena Valente dijo haber ayudado a la menor. La mujer narró como la niña tenía su ropa encendida. Luego de apagarle las llamas, un motociclista la llevó hasta un hospital. Los primeros reportes médicos indican que las quemaduras habrían alcanzado el sesenta por ciento de su cuerpo.

Minutos después los propietarios de la vivienda donde se habría originado el incendio llegaron. En ese momento se supo que adentro de estaban Taylor Mesa Caicedo de dos años y Elías Vélez Caicedo de cinco.

Maribel Caicedo, madre de los menores, lloraba desconsolada. Su esposo —según testimonio de los vecinos— ingresó a la vivienda para tratar de sacar a los niños, pero una nueva explosión posiblemente de otro cilindro de gas, impidió su objetivo.

Como resultado de su intento, recibió quemaduras en un brazo y espalda. La llegada del Cuerpo de Bomberos controló la situación que amenazaba con propagarse hacia otras vivienda.

Ya una vez apagado el fuego, a varios metros de las casas destruidas, dos mujeres y un niño se consolaban. Ellos eran de la familia Sosa, dueños de la segunda vivienda calcinada. Solo esperan ayuda de las autoridades y de la comunidad para la familia que perdió a sus hijos.