El presidente Daniel Noboa recibió hoy, miércoles 26 de noviembre  en el Palacio de Carondelet a Giovanni Melillo, procurador Antimafia y Antiterrorismo de Italia, en una reunión que condiciona un nuevo impulso a la cooperación bilateral en materia de justicia y seguridad. El encuentro, breve pero simbólico, se realizó en el contexto de gestiones para reforzar capacidades investigativas frente a organizaciones delictivas transnacionales.

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La visita de Melillo tuvo un propósito claro: profundizar la colaboración técnica y judicial entre Italia y Ecuador para fortalecer la respuesta frente al crimen organizado. En palabras del propio funcionario, su presencia “es señal de la necesidad de trabajar juntos para mejorar la cooperación judicial bilateral”. Esa frase resume la intención de traducir la diplomacia en asistencia operativa y transferencia de conocimientos.

¿Qué acuerdos o señales dejó la cita?

Aunque no se anunciaron tratados o pactos públicos, la reunión dejó mensajes y gestos con peso político y operacional. El presidente Noboa subrayó la relación histórica entre ambos estados y la relevancia de Italia como “un socio estratégico y aliado fundamental en la Unión Europea”. 

La ministra de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld, resaltó además el apoyo italiano mediante equipamiento y asistencia para que las instituciones ecuatorianas “superen la corrupción enquistada”.

¿Quiénes participaron en la reunión?

En Carondelet estuvieron presentes representantes claves del ámbito judicial y diplomático, lo que, más allá de las fotos oficiales, apunta a una agenda técnica concreta. Entre los asistentes figuraron:

• Giovanni Davoli, embajador de Italia en Ecuador
• Bárbara Sargenti, fiscal adjunta de la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia
• Paolo Di Sciuva, director del programa italo-ecuatoriano para el fortalecimiento institucional del sistema de seguridad y justicia del Ecuador

¿Hubo reconocimientos simbólicos?

Sí. Noboa entregó la condecoración Honorato Vásquez en el grado de Gran Cruz al embajador Davoli “por su contribución en el fortalecimiento de la seguridad, sobre todo en los programas de formación especializada en los tribunales de justicia del Ecuador”. El embajador dedicó el galardón “a las víctimas de la mafia en Ecuador y en Italia; funcionarios y ciudadanos cuya única culpa fue que, cumpliendo con su deber, se cruzaron con la furia de este enemigo común”.

Asimismo, Paolo Di Sciuva fue distinguido con la Orden Nacional al Mérito en el grado de Comendador por su trabajo en la capacitación de más de 1.400 guías penitenciarios y por su colaboración en la crisis carcelaria, labores que el Ejecutivo valora como esenciales para “enfrentar amenazas de grupos delictivos”.

¿Qué implica esto para la estrategia de seguridad ecuatoriana?

Más allá del gesto diplomático, la visita sugiere la intención de articular un plan de cooperación práctica que podría incluir:

• asesoría técnica en investigaciones complejas
• entrenamiento especializado para operadores judiciales y penitenciarios
• provisión de equipamiento y modelos de colaboración internacional

Aunque los detalles operativos no se hicieron públicos, la combinación de declaraciones oficiales, reconocimientos y la presencia de especialistas italianos anticipa un trabajo conjunto sostenido en los próximos meses.

¿Es solo un acto simbólico o hay fondo?

La suma de diplomas, discursos y la conmemoración de 125 años de relaciones diplomáticas entre ambos países apunta a algo más que protocolo: es una señal política dirigida a consolidar canales de cooperación que potencien la capacidad investigativa y judicial del Estado ecuatoriano.

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