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Opinión

Editorial: El congreso Vaticano contra la pederastia

La presencia de pederastas (acoso, agresión y violación sexual a niños y adolescentes), y su conducta perversa, en las sociedades modernas, se ha convertido en uno de los graves problemas y plagas psicosociales que demanda atención de la justicia, los

La presencia de pederastas (acoso, agresión y violación sexual a niños y adolescentes), y su conducta perversa, en las sociedades modernas, se ha convertido en uno de los graves problemas y plagas psicosociales que demanda atención de la justicia, los gobiernos, psicólogos, maestros y padres de familia.

La pornografía infantil, como negocio nacional y mundial, agravó la incidencia de esta aberración psicológica y sexual sobre niños y adolescentes. También en los últimos años han salido a la luz pública la presencia de sacerdotes pederastas al interior de las iglesias, católica y protestantes.

El país conoce casos concretos que se han dado aquí.

Por eso que el Gobierno del Vaticano que organizó una cumbre mundial denominada: “Protección de los menores en la Iglesia”, que contó con la asistencia y participación de los presidentes de las Conferencias Episcopales de 130 países, es importante para el mundo católico. Más aún porque al interior de ella ya se fijan posiciones firmes para impedir que esa aberración psicosexual de ciertos sacerdotes continúe.

Esto debemos interpretarlo como cambio positivo y también como corrección de un problema que no podía seguir siendo ocultado ni tener la complicidad y el silencio de los jerarcas del catolicismo.