La confirmación de que no habrá Serenata Quiteña cayó como un baldazo en una ciudad que, por estas fechas, normalmente ya estaría envuelta en música, pregones y banderines. Este año no.

“Ya no alcanzamos”, dijo el alcalde Pabel Muñoz. ¿La razón?: el proceso de contratación fue suspendido por el Sercop (Servicio Nacional de Contratación Pública) por supuestas inconsistencias.

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El ambiente está apagado y, para muchos, la suspensión del evento emblemático es el síntoma más visible de un problema de demoras administrativas, fallas en la planificación y desconexión con la ciudadanía.

Un tema político

El exalcalde Paco Moncayo lamenta que Quito llegue sin serenata justo en la semana más simbólica del año. “Es penoso que se pierda una tradición de tantos años y peor si esto se debe a un tema político. El alcalde no ha logrado conectarse con la ciudad”, afirmó.

Recuerda que en su administración la serenata se mantuvo incluso ajustando su formato para evitar personalismos: ya no se llevaba “una serenata al Presidente”, sino una visita simbólica “al vecino que habita en Carondelet, del partido que sea”.

Y advierte algo más profundo. “Me preocupa que los criminales perciban esto como miedo. Ellos buscan paralizar a la sociedad”.

Los barrios reclaman continuidad

En La Magdalena, Johnny Lema cuestionó que la tradición se haya perdido entre trámites. “Desde que tengo memoria siempre ha habido serenata. Si el Municipio no la hace, que al menos dejen que los barrios la organicen”, dijo.

“Si la culpa es del uno o del otro, igual está mal. No puede ser que esto se pierda por trámites”.

Para el vecino, las fiestas ya no son lo que eran antes por la creciente inseguridad. “Antes bajábamos por la Maldonado o la Michelena, había orquestas y movimiento. Ahora la violencia nos tiene en casa. Se perdió la esencia”.

Fiestas apagadas

Para Javier González, empleado privado, lo ocurrido deja una sensación amarga. “Que este año no se realice la serenata deja mal sabor”.

El ambiente actual, dice, no tiene nada que ver con lo de antes. “A estas alturas Quito estaba enfiestado. Ahora todo está apagado, casi dormido”.

Críticas por improvisación

El concejal Andrés Campaña advirtió que casi USD 1,1 millones para 14 eventos quedaron suspendidos. “¿En verdad tienen que esperar a octubre para iniciar procesos que se repiten cada diciembre?”, cuestionó

Recordó que algo similar ocurrió con el Verano de las Artes y alertó sobre la baja ejecución presupuestaria de la Secretaría de Cultura, que llegó a finales de octubre con apenas el 36%. “Eso explica la improvisación”, afirmó.

Una ciudad que llega a sus fiestas de fundación sin identidad festiva. Lo que por generaciones fue tradición, hoy se redujo a un problema de contratos.

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