Hasta las 18:00 del martes 7 de mayo, un día después del accidente de un helicóptero de la Armada Nacional en el que fallecieron dos oficiales de la institución, esperaban con una capilla ardiente a los cuerpos de los tripulantes de la aeronave.

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Los capitanes Wilson Bohórquez y Jean Ramírez, piloto y copiloto del helicóptero de matrícula N-407, perecieron en el instante del siniestro, sucedido en la zona sur de Santa Elena, específicamente en la comuna La Frutilla, a las 14:00 del lunes 6.

Sin embargo, la llegada de sus restos a las instalaciones de la Aviación Naval, al norte de Guayaquil, se retrasó debido a contratiempos en la identificación de los cadáveres en la sede de Criminalistica en la provincia de Santa Elena.

En este sitio se organizó un espacio para velar los restos de los capitanes. Allí, altos mandos de la Armada, familiares y allegados acudieron para rendir honores a los oficiales caídos.

Varias filas de sillas, más de 30 ramos y el espacio, aún vacío, para ubicar los féretros era lo que resaltaba en el patio techado en donde se ubicó la capilla ardiente.

A través de un parlante se comunicó a los asistentes que aproximadamente a las 18:30 llegarían los cuerpos y que estos serian velados hasta las 08:00 del miércoles 8 de mayo, para luego ser sepultados.

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