Es época de scouting en varios clubes del fútbol ecuatoriano y el lugar preferido es Independiente del Valle, que hace algunos meses rebautizó su complejo en Chillo Jijón como Valle de los Sueños. Y lo es. Bastó ver la ilusión de cientos de niños que llegan para una nueva jornada de pruebas convocada por el equipo.

En la puerta del complejo llamaba la atención una cabellera frondosa, peinada con una ‘cola de caballo’. Mientras el guardia anunciaba que los menores ya podían ingresar, el dueño de este look, Jadier Bazán o Ronaldinho, como le conocen, recibía el consejo de su madre: “Vaya mijo, le dice al profe que usted es varón”. Él, muy seguro, cédula en mano, entró junto al primer grupo -de unos cuarenta niños- que habían llegado a primera hora.

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Ya dentro, los aspirantes fueron llevados hacia la más nueva de las canchas, que está techada y es parte del área de concentración que usa habitualmente el equipo femenino. En la bomba central dividieron a los niños según la posición en el campo, se armaron dos equipos y a jugar.

Ni bien empezar, la cabellera de Ronaldinho se hizo notar. El niño, oriundo de Lago Agrio, apareció fuerte atrás para recuperar balones y comandar jugadas ofensivas. Su madre, Verónica Palacios, no estaba sorprendida, sabía que su hijo iba a destacar. “Él desde los seis años entrena, hace un mes hubo un torneo acá, me lo tomaron en cuenta y por eso decidimos venir a las pruebas”, dijo a EXTRA.

Tanto Verónica como su esposo Javier han arriesgado todo por el sueño de su hijo y el de su hermano mayor, Érick, quien con 16 años se encuentra entrenando en Universidad Católica. Eso hizo que la familia deje el Oriente y se mude hace seis meses a Conocoto, en el Valle de los Chillos. Desde entonces han estado buscando un sitio fijo de entrenamiento para el pequeño y creen firmemente que ese lugar será el mejor posible, Independiente.

Al terminar el minipartido en el que uno de los scouts los analizó y tomó nota, reunió a los niños de nuevo en el centro de la cancha. A unos les agradeció y a otros les dijo que se quedaran para, por medio de la malla, llamar a sus padres.

Con los adultos reunidos, el profe les comunicó que pasaron el primer filtro y que iban a seguir siendo observados en varios entrenamientos. Tras la noticia, Ronaldinho salió corriendo al encuentro con su madre, que ya estaba pegada al teléfono contándole a sus familiares la buena nueva.

Mientras tanto, el niño se acomodaba los zapatos y en un corto diálogo con este Diario daba cuenta de su alegría, orgulloso además de que su look sea reconocido, pues él mismo decidió dejarse el cabello largo, primero sería hasta los diez años, pero ahora decidió que así se queda su pelo hasta que llegue a profesional.

Una postal inolvidable dejaron Munir Vásquez y Galo Palacios, quienes acudieron a las pruebas vistiendo las camisetas de Lionel Messi y Moisés Caicedo, respectivamente. Estos amigos manabitas aprovecharon su gran conexión en la cancha para demostrar su potencial y así pasar a la siguiente fase.

Llegaron el mismo día a Quito, pues sus padres decidieron viajar desde Portoviejo exclusivamente para las pruebas que había anunciado el cuadro rayado, llamando a los nacidos en 2015. “Los niños jugaron en Manta ayer en la tarde y de ahí ya vinimos. Fue difícil, lluvia, derrumbes, pero llegamos”, contó Giuseppe Vásquez.

Fueron sus amigos, Galo Palacios y Dolores Cedeño, quienes tuvieron la idea de llevar a su hijo a las pruebas. Le contaron a Giuseppe y él no lo dudó, sabía que juntos, los ‘peques’ podían demostrar su nivel, tal y como sucedió, con Messi organizando desde el centro y Moi a puro regate por la derecha.

“Nosotros estamos para apoyar a nuestros niños, se lo organiza como se tenga que organizar, pero lo importante es seguirlos apoyando en esto que les gusta. El tren no pasa dos veces en la vida”, aseguró Galo, planificando desde ese momento los viajes que harán a la capital cada viernes mientras dure el microciclo.

Entre los menores, con sus vinchas en el cabello, en uno de los arcos estuvo Yuliana Altamirano, quien fue la única niña en el primer grupo y que también fue convocada para los próximos entrenamientos, en donde la seguirán observando para la cantera femenina, que también tiene el equipo negriazul.

Con mucha personalidad, aunque no pudo evitar los goles en un arco que le resultó enorme, la niña demostró buena ubicación cuando llegaba el balón al área y, además, un potente saque largo.

Mientras disfrutaba comiendo un cevichocho al terminar la prueba, planificaba junto a su padre cómo iba a llegar a los siguientes entrenamientos. Ella ya se prepara habitualmente en su escuela de fútbol en Machachi y afortunadamente esa localidad está a solo veinte minutos del complejo Valle de los Sueños.

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