La historia de Arya Permana dio la vuelta al mundo en noviembre del 2016. Con apenas 10 años, el niño oriundo de la isla indonesa de Java, pesaba algo más de 400 libras. El exceso de peso no lo dejaba caminar y lo tenía postrado en una cama.

“Solo comía y dormía”, contaron sus progenitores a varios medios británicos. Argumentaron además que, la alimentación del llamado ‘Niño más obeso del mundo’ agotó sus ahorros. Comía 5 cenas al día.

Confesaron que el hecho de verlo como el niño más grade del pueblo, los puso felices, pues lo consideraban como alegre y saludable, sin saber que lo estaban matando.

Transcurridos dos meses de un riguroso régimen alimenticio impuesto por sus padres, el niño perdió cinco kilos y puedo volver a hacer otras cosas como ir al colegio. Pero aquello no fue suficiente y llegó a convertirse en la persona más joven en someterse a una operación de manga gástrica.

Esta intervención consiste en remover una porción del estómago, lo que conlleva una reducción del apetito y, por ende, una baja de peso. La cirugía de Arya se llevó a cabo en el Hospital Omni de Yakarta y se extendió por cinco horas.

“Al principio no queríamos que se sometiera a la operación. Los doctores nos mostraron el procedimiento en videos y después que lo entendimos, tuvimos una reunión familiar y aceptamos”, explicó Ade Somantri, el padre del niño, según publicó el Daily Mail.

Además de la intervención, Arya debió seguir una estricta dieta en base a pescado, vegetales, sopa y frutas. Y gracias a la combinación de ambos tratamientos, el niño logró bajar un total de 106 kilos, quedando en 85,8 kilos.

Tres años después , el chico enfrenta otro problema: el del exceso de piel con el que quedó tras la enorme pérdida de peso, el que se evidencia sobre todo en sus brazos y pecho. Y la única manera de removerlo es con otra cirugía.